> Dilecciones 11/29
Terminó, por fin, de hablar con su hermana; una hora colgada en el teléfono (poco más). Me buscó por la casa, como no me encontraba se le ocurrió empezar a llamarme con palabras encantadoras cual flautista del distrito alemán de Hamelin-Pyrmont, y yo, convertido en rata de bodega con utensilios diversos (de manufactura dudosa) salí al encuentro: sudando y chupándome un dedo que acababa de martillarme. “Qué le ocurrió a mi amorcito” / … me acabo de martillar un dedo / Eso ya lo sé; me lo leíste / ¿…? / Así empezaba tu última entrada en el Peatón / ¿De verdad? / Sí, claro: me reí mucho con aquella analogía de Hamelin / ¿Y luego? / ¡Pues eso, vida mía!; te martillaste el dedo pulgar de la derecha… sólo a ti se te ocurre, siendo diestro, tomar el martillo con la izquierda / … te he contado de mi brazo / Pretextos / ¡Me duele! / Sóbese / Tan fácil / Pues sí.
Tengo algo que contarte, dijo, pero antes voy por agua ¿quieres? / Quiero / Entonces ahora vuelvo. Y se marchó con auroras de olor indescriptible.
Dos minutos más tarde volvió al desván aquel con muebles desvencijados y fierros doblados donde usualmente finjo que finjo que practico labores de estética doméstica. “Otra cosa de tu escrito” / Cuál escrito / Éste que te cuento del Peatón; la dilección que me leíste / ¿Sí? / No me gustó que no pudieras describir mi olor / "Tu olor" (oquei)... no te gustó / Sí, casi al inicio ocupas lo de “indescriptible” / Nunca pongo el “indescriptible”; lo hacía en la secundaria, creo / Pues lo usaste esta vez / Regresiones, mi amor, como diría don Freud / Puede ser; no lo había pensado así / Qué me ibas a decir / Algo de mi hermana; un cuento largo, otro día si quieres / … / Qué andas haciendo, guapo / Trataba de arreglar tu móvil / Cuál móvil / El que sirve para espantar las pesadillas / Quedó muy feo / A mí me gusta y por eso lo reparo / ¿Quieres que te ayude? / Mejor que sea sorpresa / Como prefieras, corazón / … qué te traes tú / ¿De qué? / Amorcito, guapo, corazón, vida mía… / Tiene que ver con mi hermana / Por qué no me lo cuentas / Creo que estoy muy feliz como para arruinar el momento / ¿Todo bien? / Todo perfecto / Cómo están ellos / ¿Me das un beso? / Te lo doy, por supuesto.
Me aproveché dándole cuatro.
"Y por qué crees que te aprovechas" / De qué me estás hablando...
Mobile handcrafted with laser cut from walnut plywood: Wishing Fish Ideas
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jueves, 11 de septiembre de 2008
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