> Dilecciones 27/29
Ella se deleita todo el tiempo siendo juiciosa. La mayor parte del día atina a dar un buen comentario sobre los árboles, los papeles, sus hermanos, los pintores, los muebles. Es la hermana mayor, la que tiene el derecho resonante sobre todo lo que a su alrededor se mueva (me refiero, claro está, a lo que no sea hecho con aplomo y no provenga de su esencia preciosa). Siempre que se lo digo se enoja; piensa que se lo externo con sarcasmo. ¿Así actuarán todas las mujeres?, o será, más bien, un gen que detona ciertos espasmos de irritación sin que dependa en lo absoluto del género, la estatura, los detalles. Es un buen dilema: así somos todos, o así es ella.
Yo que la quiero distinguir de los demás, de lo obsoleto, de lo que a golpes se renueva y destruye afuera; en la vida social, en la vida paria de los amuletos y los metros y las muchedumbres, diré (arriesgándome, insisto, a que se enfade) que así es ella: la consejera perfecta, la hermana paradigma, el camino a seguir, la bondad desmedida. Dicho de otro modo: es la tibia tranquilidad que armoniza los males y bienes de mi mundo.
Deberías usar la camisa azul /… / Te va mejor / ¿Sí? / Sí.
Pero no sólo en lo importante, también para lo nimio. También en lo escaso y superfluo es la rebelión de mis sentidos y el elemento justo de equilibrio. Se sabe que Nietzsche describió una mala noche al amor como “un desbordamiento hacia algo ilimitado”; dónde está la tolerancia, el respeto, el desprendimiento del egocentrismo. Ilimitado. ¡Desbordamiento ilimitado!, aquí ya se escondieron los datos cuantificables, apreciables bajo reglas estrictas; ya, por fin, se quedó fuera del juego el amor dialéctico basado en valores, moral y libertad. Peter Ustinov habla del perdón interminable como prueba efectiva de amor. Qué irritante. Cuál es entonces la fórmula apropiada para amarse. Dónde acaba lo puro y empieza el exhibicionismo…
¿O todo es exhibicionismo?
O todo es arte, como opina el señor Fromm; don de algunos pocos; imitación de las grandes mayorías; actuares cotidianos de enfrentamiento y solución; decisión y permiso; tomas y dacas; anhelos y sacrificios; sexo a granel a costa de frivolidad en las cocinas; cuánto me debes; si se lo hizo a él seguro te lo hará a ti; qué horas son éstas de llegar; no sé tú, pero yo me voy a la cama; le faltó sal a esta ensalada; no hubo Coca-Cola pero te traje una Pepsi, mi amor; ¡mira nada más cómo vienes!; “¿te he dicho que con corbata te ves muy guapo?” / Sí, alguna vez... gracias / Deberías usar la camisa azul /… / Te va mejor / ¿Sí? / Sí / Oye, tú crees que tú y yo, no sé, podamos un día, quizá, si tú quieres claro está… / Sí.
¿... y si ni siquiera existe el amor?, ¿Y si se trata de una necia producción en serie de nuestro miedo a morir solos?, ¿y si sí había Coca pero por molestar me trajo una Pepsi Light?
Sería una hecatombe; sería la catársis más
/...
Insisto; no sólo es consecuente, también es sensata; y en eso encuentra deleite todo el tiempo, y en todos los puntos de encuentro.
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sábado, 27 de septiembre de 2008
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2 comentario(s):
Nada mas 100 entradas de diferencia con lo publicado en 2007, y lo que falta en los siguientes meses. Aunque no soy un asiduo lector del peaton, de repente me doy mis vueltas para leer algun escrito y termino leyendo 3 o mas, y hasta chismoso me he vuelto en la parte de los comentarios... pues tambien son interesantes. 1 abrazo defeño hermanito
Hombre, hermano... tu visita es una de esas cuestiones mágicas que te da la red de cuando en cuando.
Qué bien que te des tus vueltas... ¡No te vayas a morder la cola, peloncete!
Salú de la buena.
Cuándo esas cervezas.
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