miércoles, 19 de septiembre de 2012

Saturnia





My wife, Jorjana and I were outside on the front lawn under a tree. In front of me was Groucho Marx! I looked at him, and, in my best W.C.Fields accent said, "What is your pleasure, sir?" Without batting an eyelash, he jumped up grabbing a branch of the tree scratched himself like a monkey and said to me, "My pleasure is fuck but right now I think I'll get something to eat!"

Roger Kellaway

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Por aquellas mañanas uno se moría si el sol no levantaba las nubes todos los sábados y domingos. A mí, que nunca me han gustado los amaneceres grises, salvo, por supuesto, cuando ando triste, me daba un poco igual.

Si el fin de semana iba a pintar lluvioso que fuera para bien: en mi habitación, encontraba los focos amarillos muy propios para acomodarme en la cama luego del desayuno y escuchar un disco, casi siempre, de tintes bucólicos, verdes y naranjas.

Y no hallé para tales ocasiones mucho más que Darol Anger y Mike Marshall, Eugene Friesen y Roger Kellaway al lado de su beligerante cuarteto de chelistas ciegos. Con éste último, incluso, pude conducir a buen puerto un manojo de cuentos cortos que más tarde se integrarían en una colección llamada "escritos libres" (que aún yace entintada entre hojas foliadas con un rollipop de color sepia).

Al cuarteto le conocí cuando Eligio, amo y señor de una fantástica librería de viejo en mi patria chica, sacó de una consola de madera, especialmente diseñada para guardar aquellos discos imprestables, el (famoso entre los enterados) Saturnia, dueño de una portada con la tarde a cuestas en algún campo algodonero de Kentucky.

Yo tuve suerte; me lo encomendó como disco raro, rarísimo, lleno de matices y espléndido en atmósferas de rain forest, desplazamiento sonoro de la naturaleza humana a la más ignota campiña americana. Me enamoré casi de inmediato por ser tan fina neblina de noviembre.

Así anduve y desandé los caminos del domingo sin sol y el sábado con lluvia; así se me llenaron los sortilegios de plantas carnívoras, de estrellas sobre la montaña, de inconfundibles alaridos de cotorras. Y fui feliz esos momentos.

En la era del magnesio la felicidad era una tarea de labriegos: no bastaba con contener la respiración al grabar un buen vinilo, o con incrementar el record level. Ni conseguir un cassette de cromo era el premio ni saberlo regrabar, el pilón. La felicidad, como hasta hoy se encumbra, sigue siendo un misterio del pasado, condenada sólo al vago recuerdo del eufórico instante donde te pronuncias, en estado agudo y con cinco letras: feliz.

...

Y es que perdí el cassette, o se lo comieron los tlacuaches del jardín o los extraterrestres lo usaron como experimento para el crecimiento de flores o algún amigo lo escondió de mi vista en su casa, en su biblioteca, en su burdel... qué sé yo de los fetiches que tiene la gente y la no-gente.

El caso es que hoy, luego de una búsqueda incansable de aquel Saturnia y quizá guiado por las mariposas nocturnas que lleva tatuadas en el nombre, lo encontré.

Polvoso y enmarañado; mudo del lado b, y revestido con una excitante caligrafía juvenil garabateada por un rollipop sepia, lo encontré.

Entonces dejo de escribir; lo acaricio ahora mismo, tótem de la lujuria más animal y malsana...

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Morning Song by Roger Kellaway Cello Quartet on Grooveshark


domingo, 16 de septiembre de 2012

Madrigalismo 8/n

¡Mors!


ráfaga
caliente
de
refinados
vuelos
bajos

:

así debe ser la muerte 
,

tú eres
mi primer razón 
para creer 
en vida 
después de ella

;

Bob Dylan después


Duquesne Whistle by Bob Dylan on Grooveshark

jueves, 13 de septiembre de 2012

Por aquí pasa un río

Título original de Ángel González






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Por Aqui Pasa Un Rio by Pedro Guerra on Grooveshark


lunes, 10 de septiembre de 2012

De miedos y espagueti

< Frank revisa las frustraciones





...Julia le dijo a Abner que le prestara el libro ése que tiene con las montañas más altas del mundo y Abner no quiso que porque era muy caro y era regalo de su má y Julia se emputó y le dijo que ya querría otra cosa ¡y que entonces se iba a chingar! / pues / ... / ... / qué / pues a veces así pasa ¿no? Le dije sin mucho afán en su conversación; eran las 10:45 de una noche agitada por la entrega de resultados en la empresa y yo debía cotejar los gastos excedentes en el año pues es el tipo de cosas en las que / 

¡y que agarra el Abner y se levanta todo encabronado!, ya ves que es grandote ese güey y "pinche puta, tú no sabes lo que hablas y vete a la verga y si no quieres ser mi amiga, vete a la verga" / baja la voz, Franki, estoy chambeando; y bajó la voz, en efecto, comenzó a hablar en secreto / ...y Julia tenía un amigo ahí cerca de donde estábamos y que entra el güey y se le va a los madrazos y yo me salí en chinga / ... / ... y ya nada más vi que el Abner se iba al baño todo madreado y llorando / ...  / ... / ¿sí? / y ya después me vine para la casa 

/ ... / ... / 'pérame / sí  / ... / ... / ... / ¿ya? / no, espérame tantito / ... / ... / ¿puedo ver la tele un rato? / sí, mascullé abstraído / ... / ... / es que hay un programa donde unos vatos estafan a otros güeyes así con madres viejas /... / ... / "¿vatos?" / voy a ver eso / sí, Frank, 'orita acabo. 

Se alejó de mi espacio y prendió el televisor a un volumen tan alto que sería capaz de romper cristales reforzados: ¡bájale Frank, no mames, estoy trabajando! Y a gritos respondió / ¡Esta rola me gusta... y la vieja también! / Por instinto me levanté del escritorio y me acerqué hasta donde estaba, lo tomé del brazo: ¿¡Le bajas güey?!, ¡¿le bajas puto?!, lo zarandeé dos o tres veces, ¡le bajas ahorita mismo cabrón!, ¡bájale cabrón!... ¡bájale más, güey!... ¿ya?, ¿ya cabrón?, ¡así le dejas güey, estoy chambeando, puta madre, ya te había dicho! / Y Frank lloró: ¡chinga tu madre pinche puto! / vete a la verga Frank; sollozaba / ...eres bien puta culero / ¡vete a la verga Frank, a tu puto cuarto de una vez! / ¡chinga tu madre! / ¡qué te pasa, qué tienes! / ¡eres... bien culero! / ¡qué tienes güey! / ¡eres un culero! / qué tienes / 

Julia... me gusta; se sonaba los mocos / ¿quién es Julia? / la vieja que te decía / ¿la del libro? / ... / Frank: ¿la del libro? / sí... me gusta mucho; se le notaba apenado, compungido por mis sacudidas / ¿y? / anda con otro güey / pues debe haber otras chavas en tu escuela que anden solas / no / cómo no / no / ¿y tú le gustas? / no / cómo sabes / porque... me dijo el  Abner / su puta nombre; y ese güey cómo sabe / porque ese quiere con ella también / ¡a la madre Frank!, pues... no sé... y qué pasó con la de natación / 

quería que fuéramos a bailar / ¿y luego?, yo te dije que te llevaba / no me gusta bailar / ¡pero si nunca bailas güey, no le hagas a la mamada! / ¡no me gusta bailar! / oquei... pues... ya encontrarás  alguien que ande sola y quiera salir contigo a tomar un helado o una madre así / pero ella me gusta / por eso Frank, pero no siempre se puede ¿está bien? / ... / ... o sea, sí se puede pero... a veces... no / 

... y el güey con el que anda está bien culero / me reí soltándome un poco; ¿cómo es? / es así como un pinche mono, todo negro y así con la espalda como rara / volví a reír; no seas racista Frank / qué / pues así; que le dices mono al güey y negro / pues así es / 

mira: mañana vamos un rato al café de Daniela / no me cae bien, también es bien culera / no es culera, y además tiene amigas bien bonitas que luego llegan ahí y puedes conocerlas / no / por qué no / porque no / ... / ... / ... / ... / 

... ¿tienes hambre?; se encogió de hombros; güey, sí tienes hambre, no te hagas / un poco / ¿espagueti? / pu's ora / ¡ora!

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Te vas a enterar by Wyoming, Segura y Carbonell on Grooveshark

La ilustración es de Mónica Moreno

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lunes, 3 de septiembre de 2012

El tibio instante de la desaparición de los arbustos




Están en algún sitio / concertados
desconcertados / sordos
buscándose / buscándonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas
ordenando sus sueños, sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada

Mario Benedetti

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Balloon Escape by Before Night Falls Soundtrack on Grooveshark


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Me concentré en desaparecer esta tarde y, a sabiendas de no lograrlo, pensé en lo fantástico que sería tener la capacidad diaria (bastarían quince minutos, no me malentiendas, son famosas mis súplicas de quince minutos diarios con poderes extraordinarios) de lo que luego tuve a bien llamar llanamente: "ionización molecular"... 


Imaginar la no-materia me hizo olvidarme por momentos de un esguince en mi muñeca izquierda, olvidarme incluso de las dolencias del alma y el calor trepidante de las plantas de mis pies a mi garganta.



Pero uno es tan poca cosa, 
                                          mira, 
              que a los pocos segundos de estas cavilaciones pocas, 


con el rabillo de un ojo miré casi con desprecio un libro oxidado de un tal Vicente Huidobro, y le abrí (por costumbre) a la mitad, sin afanes ni pasiones, mirándome hinchados los pies y la muñeca mal vendada:


"Quiero desaparecer y no morir / quiero no ser y perdurar/ y saber que perduro / llamo a las puertas de la muerte/ y me retiro / llamo a la vida y huyo avergonzado / quiero ser toda mi alma y no lo puedo / quiero todo mi cuerpo y no lo logro".


Y entonces decidí dos cosas: 


a) soy un pésimo aprendiz de escritor que se refugia en las artimañas de la fotografía para saciar su auto contemplación y de paso, publico en una bitácora electrónica, incrementando así el culto a mi personalidad,


y b) importante: no seré capaz, maldita la suerte si la hubiera, de la "ionización molecular". Ni Huidobro fue capaz.


Aturdido, y cómo no, me levanté de aquel sitio y presto a regodearme en los fracasos, capturé el tibio instante de la desaparición de los arbustos a través de una cortina de plástico que al fragor solar se convertía en los delirios de mi búsqueda: un agente inhibidor de la materia.

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Primer intento:





Segundo intento:





Tercer y último intento:





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No está mal, pensé...
Debe ser la liviandad de su follaje.



Luego recordé a Reinaldo Arenas.
Él supo desaparecer.
Y lo hacía sin esfuerzos:


The Return From The Hospital by Before Night Falls Soundtrack on Grooveshark

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