jueves, 5 de junio de 2008

Gecko

> I give you: El Tecuán



¿Cuál será la onomatopeya perfecta de una ola rompiendo ligera contra la costa? Supongamos que es de noche y tu habitación se encuentra en el quinto piso, a unos ciento cincuenta metros del mar: (p)ffffffffffhhhhh… o bien: p(g)fffffffhhhhhssshhhhh… aunque quizá: prrrrg(j)jushhssss… (risas varias, ésa creo que fue la de un gargajo). Bueno, se hizo el intento.

¿Y cómo percibimos el sonido de estas olas durante los sueños? Supongamos que es de noche y tu habitación se encuentra en el segundo piso a unos… ciento cincuenta o doscientos metros del mar: (b)(jjj)jhjhjh… ssssssssS… shhhuuuiuuufshh seguido de: (p)gfssszzzz… ¿hum? zzz(u)zzz(u)zzz(u) mmmzmmmmz … ¡Pinche mosco jijo de tu puta madre!, ¡ya estuvo!

...

De todas las formas, colores y combinaciones que de aquí salgan, lo importante es recordar que, hasta el momento, siguen olas rompiéndose en acantilados y otros sitios memorables. A mis ojos se vienen muchas playas, algunas caletas y otras tantas bahías. Bien podría ser marinero traficante de Dramamines.

Pero tengo tres tesoros que guardo con llave en la memoria: Nuzco y Papanoa (en Guerrero), Los Muñecos (en Veracruz) y El Tecuán (en Jalisco) / Allí podría quedarme mucho tiempo: son lugares poco frecuentados por humanos. Habitados, eso sí, de gaviotas, cangrejos, caballos salvajes y erizos.

Playas dotadas de extraordinaria frialdad: de sombra y luz acongojadas por el sol y la lluvia, de pastizales que apenas crecen en las dunas, de redondas piedras y arena no tan fina que insiste en pulir las plantas de tus pies viajeros.

Son los litorales, también, de mis ancestros: los guerreros nobles, los jarochos y los charros. Son el despedazado tumulto de los viajes familiares, las caminatas largas y la tarde, la ballenita de Pacífico con lindas amistades; el roce, sin rozar, de otros ayeres.

Es allá, lejano mundo concreto, donde imagino eclipses lunares. Es aquí donde me invierto en lagrimales. Allá se me mete el viento y polvo en las narices, acá sólo estornudo siguiendo a mis raíces.

¿…? No tenía por qué ir un verso ahí. Ni que fuera concurso de albures. Etcétera. El caso, mis amigos, es que estoy perdiendo el tiempo a mares, y a ustedes les rompo, sin querer, las olas y horas de su tarde.

Por eso mejor, viajero y con sextante, me inventaré necesidades, previo mapa estelar, y feliz y barbudo iré a buscar a la mujer perfecta e impalpable, que dicen, anda merodeando por las noches los esteros de Cape Cod, allá en la Alta California:



< Alex de Grassi. Western >

7 comentario(s):

Juan Carlos Medrano dijo...

Pgfshhhhhhsashhhhhhh pkgffssssplashhh!!!! PPPKGFFFFFFRRRRRGGGSSSHHHH(desprendimiento de glaciar, la gente corre despavorida)
AAAAHHHHHHH !!!, PGHJGHFGHFGFFYYYYFSHHHH SHUIIIIIIIIIIUUUUUUFFFFF (el viento se pone tormentoso...

jajaja.
Bueno, ya estuvo bien de tonterías.
Considérenlo parte del post.
Adiós.

Anónimo dijo...

Ja!


¡¡... a mi me agradó mucho todo esto de las Onomatopeyas... jaja!!... no sabía cuan divertido es...!!... ummm... playas... virgenes... Monte Pío.. cerca de Catemaco... muy bella, mis mejores recuerdos, el mejor paseo en caballo...

Saludos...

* Gracias por agregarme en tu apartado de Graffiteros y Vagabundos... ja!!

Anónimo dijo...

*Gracias de nuevo... la foto es mala... en fin... ya no solo me publica La Jornada... ahora también el Peatón...

Aneh!!!...

ursula dijo...

wow, qué buen final... circular, dirían por ahí. Primero me quedé con cara de qué?! ante tus descripciones ondinas, luego me dieron risa, y luego me pareció que sí, como que así suenan las olas... Y esas imágenes del cuarto en el 2do o 7to(?) piso... muy inesperadas y vívidas, como que uno tiende pensar literariamente al mar lejos de construcciones humanas.

Lo del glaciar está buenísimo, esperemos que no nos vaya a caer uno todavía en un rato.

Otro abrazo!

Anónimo dijo...

Hermano ! Caramba, que gusto es ver tu blog lleno de textos y saber de ti. Soy Peaton frecuente aunque escritor muy infrecuente como ya lo sabes. Asi que, sigue asi ! que visitar tu blog y leerte es siempre un postre excelente de media tarde.

Y hablando de playas, comparto contigo el gusto por la de los Muñecos que en par de veces pude visitar y de las cuales tengo un gratisimo recuerdo.

Tambien me vienen a la memoria varias playas oaxaquenias con bares azules y pies descalzos en las que conquistamos (o eso intentamos) a chicas canadienses

Un abrazo bien fuerte hermano. Salud.

Quique

Juan Carlos Medrano dijo...

¡Es que vos sos gó barril!, ¡todo un killer!... el gusto es mío, siempre, todavía, después. Me cae de maravilla tu visita, entrañable hermano.

¿Zipolite, Puerto Escondido, Huatulco, Mazunte? Carajo, qué destape de neuronas me hiciste. Allá me enamoré de una "diosa maya" (jaja) ¿te acuerdas?...

Aún nos quedan por develar muchas otras playas... la próxma, recuerda, debe ser asiática... summer 2009.

Un abrazo bien apretado compadrito del norte. Y gracias por seguir aquí monsieur.

Goga dijo...

¡Qué divertido lo de las onomatopeyas!, me hizo reír mucho.
Me dieron ganas de estar en Huatulco!

¡Saludos!