lunes, 14 de noviembre de 2005

Cofre a las 17:50

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Los atardeceres observados a detalle desde mi hogar son, quizá, los mejores que me ha tocado ver. Tal vez sólo estén por debajo de algunas experiencias crepusculares acaecidas en el pacífico mexicano. De hecho, el primerísimo primer puesto se lo lleva, sin duda alguna, la caída del Astro Sol, la estrella más cercana a nosotros, sobre la figura azul índigo del Cofre de Perote. Cuando llega el invierno, las tardes se vuelven frías, el sol no calienta y el aire que se respira es puro, si llueve a las cuatro de la tarde, con seguridad, habrá bonita tarde despejada a eso de las cinco cincuenta, el jardín tendrá rocío, los pajaritos cantarán, tú tendrás un café gentil y tu ipod con william ackerman tocando en la guitarra, y de forma magistral, su "conferring with the moon", esos siete minutos, serán posiblemente, felicidad sencilla, encapsulada, felicidad de sentirte vivo y con ganas, vivo y con amores, con pulso.

Fotografía: Adriana Carreón (Cofre a las 16: 58)

1 comentario(s):

Anónimo dijo...

Muy bien... me dediqué a verificar eso de la tal coincidencia... falsa!!!... mi foto es de las 16:58... tú hablas de 52 minutos posteriores...

En fin... sí, de verdad que es un deleite... no se que tiene el Cofre... que por cierto, casi provoca mi muerte cuando al fin pude llegar a las antenas jajajaa!!


Abrazos!