martes, 14 de octubre de 2008

Que Tal y Cual...

> ¡Ése mero soy!

Para leer la nota aclaratoria,
amplíe la imagen que a continuación se muestra:



I.

Las cartas marcadas siempre me han parecido una suerte elegante de estafa. Escenario para posibles trifulcas, prejuicios contra el corrupto, obvias cicatrices en el as de corazones. Aunque por ellas ganemos la partida, quedará contra nosotros la batalla perdida.

Sin embargo, todos aprendemos a usarlas. Aquí no hay quien lo niegue; aprendemos de la herida, por nombrar algo, la razón; del proverbio, la balanza; de la vida, un carajo. A mí me gusta recurrir a los ases marcados cuando la tarde es calma y olvido, cuando mi silueta se pierde en esa estúpida noción del cambio errante de los seres humanos.

¿Ejemplo de cartas marcadas?, las preferencias, los insondables mecanismos de defensa contra el exceso de luz, contra la maldad a cuestas de la sociedad que enhiesta, se desbarata y recompone. Mis ases marcados ponderan el score de la existencia al nivel que se me antoje; a favor de lo bueno o lo malo, quizá; de lo bonito o lo feo; del “aquí estoy plantado”, del “no me olvides”, del “ése mero soy”.

Al fin y al cabo, es mi casa y la maraña que sólo yo habito. Es mi ropa sucia y mi jardín mejor cuidado. Es mi “sí pero no”, mi “mañana es domingo”, mi muladar particular, mi plato con cerezas. Ése mero soy, y a ése nunca olvido. ¿Ególatra?, eso es poco, mis queridos, yo más bien diría: universal.

Todo a cuento (y licuado) gracias a la bitácora de Carmen; mujer de caldos lentos y sabores bien cocidos que hace algunas tardes me instó, en masculino singular, a deambular por algunos de mis más obscuros recovecos.

(Aquí te lo dejo Carmen,
y aquí a los demás, me les ofrezco.)

II.

No tolero la falta de respeto.
Allí es donde englobo la gran parte de mis odios.
Pero no me gusta el odio.
Allí me contradigo.

No trato con el insensible;
Ni con el sociópata, ni con el frívolo.
Ni me gustan tantos días sin ella,
Ni la indiferencia, ni el olvido.

¡Sea usted más preciso, don Peatón!
Preciso decirle algo:
Tampoco me fío de las prisas,
Ni de los atajos.

¿Algún estándar del no?
La mentira.
La pornografía infantil.
La basura que se encima.
La pobreza en todos sus niveles.
La falta de vergüenza.
La pereza.
El ensimismamiento necio.
La cordura científica.
La cerrazón religiosa.
Los extremos.
La indiferencia.
El calor desmedido.
¡Las vísceras!
Los “si tan sólo hubiera…”
Los “gracias, no” con sonrisa.
Las pistolas.
El reguetón y Michael Jackson.
El populismo.
La estadística sesgada.
La pancita de las resacas.
Las pollas con esencia de vainilla.
El tráfico.
Lo inútil.
El dolor.
Que se me muera la gente que quiero.
La rutina sin sol.
Los finales sin final.
El “no se pudo”, el “ya merito”.
Las palabras mal empleadas.
La conjugación del subjuntivo.
Los ideales quebrantados.
Las promesas incumplidas.
AMLO, Chávez, Junior Bush.
Mancharme la ropa.
Perder al ping pong.
La absurda culpa.
La apatía a lo nuevo.
El desencanto.
No poder volar con alas propias.
La indecisión.
La ruina.

III.

Pero me gusta valorar lo vivido:
Las dimensiones justas
que me brinda la experiencia.

Me encanta ser hombre
y sentirme amado,
y así amar:
equilibrado, loco, desorganizado;
un total desastre de goces elevados.

¡Casi no pide nada, don Peatón!
Pido, por ejemplo,
que se quede callado
y recuerde lo del respeto.

¿Algún estándar del ?
Mi optimismo.
Mi falta de rencores.
Mi fortuna en alma y pensamiento.
Mi seguridad.
Mis amores:
Cristina, Gerardo, Jorge, Patricio,
Enrique, Eduardo, Cynthia, Arturo,
Elsa, América, Leticia, Rodolfo,
Teté y la bruja, Pet, Pingüino y Totopo.
Y por arriba del sol,
Ursula Tania, a quien amo con arrojo.
¡Sí, señor!, con estos nombres, mucho ojo.

¿Algo más?
Cómo no, con tanto gusto:
Revise, por favor, mi perfil.
Póngase a leer al sibarita.
Si le quedan dudas, me llama.

...



Viñeta: Tute

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5 comentario(s):

Juan Carlos Medrano dijo...

Esto, en realidad, salió de una especie de chismógrafo secundariano cuyas reglas eran sencillas y concretas: enunciar (y si se quiere) explicar "lo que me gusta" y "no me gusta" de la vida y sus entornos.

Además, era deber, pasarle el encargo a otros varios. ¿Quiénes son mis varios?

mmm.
este...
mmm...
digo, si quieren, claro está...
pueeeeees...
ajá:

Me gustaría que hicieran este ejercicio, bajo las formas que deseen los siguientes individuos:

Beatriz Rodríguez
Irma García
Celeste Laviani

Enrique Rodríguez
Eduardo Jácome
Arturo Blanco

Y quien se quiera sumar al alegato.
Saludos a tod@s.
Paz.

Celeste Laviani dijo...

¡Oh!, ¡gracias por tan deliciosa entrada!...
Qué bonito podernos conocer de esa forma.
Ya vi mi nombre ahí. Nomás porque sé que lo hizo la Carmencita y me lo pides tú, lo hiré haciendo.
A ver qué resulta.
Tal vez conozca aspectos de mi persona, inimaginables.
Ya se verá.
¡Muchas gracias!
¡Ah!... ¿que le harás una entrada a una de mis fotos?...
Eso suena interesante, ¡lo espero!...
¡Un gran abrazo, xiqueño!
[Celeste Laviani]

Celeste Laviani dijo...

¡Ups!... "fé de las ratas":
No es "hiré", es ¡"iré"!...
¡Ja!

Carmen dijo...

Interesantes radiografías del peatón, que cuidadosamente presenta y enarbola orgulloso.
Muy original

Juan Carlos Medrano dijo...

Aló caminantas:

Celeste: ¡Ya vas! / Yo me la pas´bien haciéndolo de esta forma, quizá tú lo puedas explicar mejor con fotos ¿no? / Sería bueno.

Y sí; a una de tus fotos, una del amanecer que tiene un faro encendido y radiante le haré una entrada (con o sin autorización de la autora, ji). Lo que no sé es cuándo, pero pronto.

Carmen: Ni tan orgulloso; me doy cuenta que puse muchas más cosas malas que buenas. Pero con esas buenas basta y sobra pa' eliminar las otras. Ja! / Misión cumplida.

Un abrazo.
Buena tarde.