<
Es absurdo (y qué no es) transitar sin entusiasmos, necedades, hallazgos, temores. Para qué obstinarse en ser de fierro impecable si hay canela, caramelo y leche en cada sentido olvidado. Que desde hoy (entonces) el lector se acostumbre a llamarme advenedizo a vísceras mentales y opíparas contradicciones. Qué sé yo de nada, en quién me convierto y hacia dónde empujo es, por ahora, cuestión de contratos y no de lirismo.
Lo que aquí licuaré, con permiso del tiempo y adecuando lo que venga a lo que quepa, serán puras virtudes desmejoradas, manchas colectivas que el pasado empeore inevitablemente; o bien, también, dagas profundas clavándose siniestras (tiernas, robustas, complejas, a destajo, por la espalda, inquietamente libres) en el cuore y en el alma, o en las encías; piel arañada por puentes, versos y estribillos. Canciones. Vidas alternas. Árboles que maduran. Rompecabezas lingüísticos. Canciones. Compañeras calladas. Ríos de miel y esoterismo. Cartas abiertas. Impermeables. Canciones. Catárticas romanzas. Diatribas ensombrecidas. Faenas. Noches. Alimento. Canciones. Arquetipos de lo abstracto. Rostros. Manos. Canciones. Vestido. Tiniebla. Desvelo. Ironía. Nube baja. Algoritmo. Canción. Huellas. Más de mil maneras de alejarse. Gozo inmediato. Nebulosas. Hormigas. Canciones.
Se trata, pues, de entablar sin pretensiones, un diálogo abierto con milagreras / milagrosas creaciones que han dotado brutal, noble, directamente a mi existencia de ambrosías curativas. A ellas y por ellas, vamos a andar.
>
miércoles, 3 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario(s):
En un desesperado intento por aniquilar de feos modos al Peatón, quise engendrar un blog cuya prioridad fuese la música, vista, escuchada, comida, casi con ganas de convertirla en una teoría conductista. De aquellos pininos surgió Madrugalismo. Hoy, recién pacifica'o con mi sitio, me pareció prudente englobar la idea anterior aquí y darle la bienvenida como un "barrio" más, que siga sumando y proponga otras formas de entretenimiento. Ojalá guste y disguste. Y ojalá perdure, más allá de formalismos.
Que así sea, y así será -dirían las sacerdotisas de ceremonias celtas-.
Publicar un comentario