martes, 16 de diciembre de 2008

Querer Amar

> The Buzz Lightyear Theory



Preludio.

"Uno va a hacer algo y siente voces
(vienen de otra parte de la noche.
Vienen de milenios entregados
a sacrificar las emociones).

Como si fuera poca la carga que trae el hombre,
trae el amor atado con cien cadenas de bronce.
Se va librando ya de ese falso peso,
ya va dejando de tenerle miedo a un beso
que libremete vuele por la humanidad.

¿Hasta cuándo va a durar el ruido?
Hasta que la gente se decida
a hacer el amor y amar de frente
en casas con muros transparentes."


N. Nicola y C. Vallejo

1.

La verdad es más verdad cuando se acorta la distancia entre palabras y referentes. O sea, la única dimensión probable para advertir los distintos colores de una sensación es mediante la vívida experiencia que trae consigo el contexto que uno habita. O sea, que a lo dicho, dicho, y al hecho me remito.

2.

La Real Academia Española define a la verdad como la “conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente”. Así, entiendo conformidad como igualdad o correspondencia entre dos factores inmutables; y así, deduzco que concepto es toda idea engendrada por el entendimiento y entendimiento es alma y alma es, a su vez, esencia. O sea, verdad es esencia, no se mide en rituales de lo cierto y lo falso sino de lo creíble e increíble.

3.

La negación como verdad es parte desordenada de la construcción simbólica que nos proveen los enunciados. Por ejemplo; “No te quiero” significa eso mismo: carezco de una percepción necesitada del objeto deseable. En contraparte: “Te quiero”, ubica ambiguamente la necesidad entre su propio definiens y el definiendum. O sea, querer no establece los límites conceptuales del amor en ningún momento. Y sin embargo, se presta a desatenciones del escucha y promueve la batalla en aspectos físicos y mentales.

4.

Pero el “Te amo” tampoco es verdad; es más bien, fe. Fe en uno mismo (en la capacidad de abstracción que genera en otra persona) y fe depositada en alguien más (en el contexto singular del verbo amar). Por tanto, decir “Te amo” es, también, decir “No te quiero”. O mejor, hablar de amor no es necesariamente hablar de pertenencia. Insisto aquí; el amor es conceptual mientras que la querencia recae meramente sobre los encantos de la posesión sobre objetos.

Entonces, ¿se puede querer amar a una persona?, se puede, qué se yo: ¿amar queriendo a una persona?, o incluso, si se me apura, ¿es posible amar y no querer a una entidad?, ¿es, asimismo viable, querer cierto elemento sin amarlo?

La ruta de estas respuestas es transitoria y merece atención una vez que se ha logrado discernir lo casual/objetivo de lo causal/subjetivo. Me quedo con la causa y el efecto; desecho, por tanto, casualidad y destino. Aunque…

5.

La misma Academia, esa sala invencible de abuelos con mal humor, decreta que el destino es una fuerza desconocida que encadena los sucesos. ¿Favorable, adversa acaso? Fuerza, lector, suma de circunstancias y potencias en pos del arranque motriz de un resultado.

Sí, creo entender el punto.
No hay amor a primera vista.
¿Lo hay?

Independiente a este laberinto sintáctico es mi total convicción hacia el sí. Sí hay. Sí existe en nosotros la capacidad perceptiva en cuerpo, ideales y sintonía hacia un organismo desconocido. Pero en la afirmación se acepta el miedo: ¿Es entonces imaginable la visión definitiva?; las actas de divorcio opinan lo contrario.

Supongo luego, que el amor como fuerza (no como concepto) es producto tangible de un soez incidente, y como tal, tiende a remediarse con el paso de los años, a no ser que, de entrada, haya sido fatal. “Gozola y matola” es un fortuito fatalismo, “Te amo desde el primer momento en que te ví” es una completa mentira, que no falsa, aunque increíble.

6.

Concluyendo / A) no es conveniente polarizar los momentos de amor en buenos o malos; mágicos o terribles; fugaces o eternos. Lo mejor es ponerle nombre a las sensaciones; para eso nos enseñaron sustantivos y adjetivos en la primaria. B) El amor no es verdad ni mentira: es intuición visceral y descaro psicológico. C) Amar y querer no son etimológicamente equivalentes. D) La paradoja cierto-falso es un recurrente intenso en el amor. Lo único cierto son los ojos, la boca, el vientre, los lunares, las cicatrices, lo oculto, lo desvelado, el cielo (y venido a ver; el cielo es incoloro). E) Las tensiones entre causa y casualidad; destino o efecto; mentira o verdad, son pequeñas al compararse con la certeza de lo cotidiano. F) La validación de este debate sólo encuentra cabida en la fe. Y G) Es mejor actuar que ver. Mucho mejor, aprender a enseñar que señalar lo aprendido. Máximo es el momento, pésimo el olvido.

Mejor ponerse a amar, en vez de seguir leyendo.



Infinito: Pablo Blanes

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2 comentario(s):

A. Güiris V. dijo...

Mi buen estimado Medrano, paso a saludarte y de paso a felicitarte. A tí, a tu Ama, a tus Hermanos, a toda la raza, pues. Que estas fechas sean de lo mejor, que se la pasen muy bien y lo mejor de lo mejor para el año que está por llegar.
Pasesela bien, yo aqui sigo en las frias tierras, ya un tanto más acostumbrado pero con rezagos del siempre mexicano. Un saludo, en abrazo y nos vemos el año que entra.

pensamientovisible dijo...

Verdades? Fe? mmh... buenas interrogantes. Si lo que querías decir es que amar no es cuestión de verdad sino de fe, estoy de acuerdo con vos. Feliz año y a lo que sigue, que es ponerse a amar. ;)