> Para arrancarle una sonrisa a Elsita
Soy un hombre triste. Soy un emo. ¡Maldita sea!, soy un emo. Un emo muy triste… y muy hombre. Pero muy emo. Soy, quizá, la encarnación más joven de toda la tristeza. Y soy también ególatra. Bueno: algo tenía que ser en esta vida.
Pero me quedan recuerdos… tristes también. (Es triste pensar en los recuerdos). Y si los pierdo más triste me pongo. Por eso los guardo en cajitas de música, con obras de Shostakovich, y Dvorak y Mozart que suenan elegantemente en carillón desafinado.
Eso es lamentable. No triste: lamentable. ¡Tengo 27 años! No puedo ser tan triste. No debo ser así. Soy el tipo más vetusto de 27 años. Tengo que ser, en cambio, alegre y disparatado. Y aprender a contar chistes y reírme honestamente de los que me cuentan a mí. El problema es que no sé reírme con soltura. Hubiera escrito Cortázar instrucciones: sólo escribió para llorar. Así que he aprendido a llorar muy bien. Me desparramo en los sillones y lloro desconsolado. Últimamente se me olvida por qué motivo estoy llorando, y eso me provoca un llanto más largo, más pausado y más reflexivo. Aunque en realidad no esté reflexionando sobre algo.
Ayer manejaba muy triste hacia mi trabajo. No me salía del corazón ponerme en otro estado. Fue cuando descubrí que soy un triste joven. Gris, triste, seco, emo. Venía escuchando reguetón ¡y se me salieron las lágrimas cuando Nigga cantó Baby, Te quiero, uoh! Eso no es normal. Algo pasa conmigo. Y luego perdió mi equipo favorito en el futbol; a mí ni me gusta el futbol, pero mi equipo pierde. Siempre pierde. Y eso es deleznable, no hallo otra palabra.
Pero el Top Guán de lo peor en esta situación es que ni siquiera sé, a ciencia cierta, qué cosa es la tristeza. Ningún diccionario la describe bien. Tristeza: cualidad de triste. ¡Real Academia Española!, coño. Perdón. ¿No hay un tumbaburros para emos?. Hace dos días, por ejemplo, empezaba a sonreír cuando de pronto caí en la cuenta de que estaba usando un polo a rayas… ¡Un puto polo a rayas!. Emo; pinche emo que eres Juan Carlitos, me dije (yo a veces me hablo más de la cuenta). Y no es nada personal contra los emos… por cierto, querido lector emo: ¿hay algún ritual no sangriento para iniciarme con los suyos? Decía. Un polo a rayas: vestuario emo. Me faltaban mis Vans… no usan Vans los emos ¿verdad?
La situación, durante estas negras horas que me embargan, está desbordada. Llueve. Llueve a cántaros, de hecho. Antes de ponerme a escribir pensé: si regreso ahora a mi auto, sin paraguas, al llegar me veré en el espejo y estaré convertido en un total y eminente, mente, emo. Porque el cabello se me irá a la frente y tapará mi ojo izquierdo, y sólo bastará un poquitín de rimel y… ya está: listo para las fiestas. Pero, creo que no hacen fiestas los emos… A mí me gustan las fiestas.
Bueno es que tuve una novia emo en realidad; una novia emo-poeta que me llevaba a sus fiestas. Nadie sonreía y pocos se hablaban: eran parte del inventario. Y eso me calmaba. Las reuniones donde todo mundo brinda y se ríe y luego llora y brinda otra vez… ¿de qué chingados brindan? Perdón. Perdón, perdón. ¿Pero por qué brindan?, ¿hay acaso una razón de estilo y de formalismos sociales que los haga chocar sus vasos?.
...
¡Dejó de llover!. Oye, está saliendo el sol… ¿es eso un pajarito que trina y canta? Gracias linda (fue… una compañera que me trajo un café). Realmente dejó de llover. ¡Dios es emo!, la lógica es simplista: si yo fuera dios (“y soy también ególatra”) con seguridad sería emo. No me cabe ninguna duda: tanta guerra y hambrunas, tantos mata-emos y mata-viejitas, incendios forestales, kilos de tortilla a 14 pesos. Emo, no hay vuelta de hoja.
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¿Qué clase de pajarete es ese?.
Jamás lo había visto.
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miércoles, 28 de mayo de 2008
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13 comentario(s):
Intrusión totalmente permitida, mi blog solia ser un espacio privado. Existia únicamente con la finalidad de ser leido por una sola persona, aquélla a la que le están dedicadas tantas palabras.
Ahora pensamos (Penny y yo) que puede ser divertido recibir visitas y una de las primeras invitaciones fue para Gogástica.
Por supuesto, la invitación también es para ti mi querido Buci.
Por cierto, creo que triste y ególatra podrías bien resumirlo en Megalómano, creo que es el resultado de esa particular combinación (algo también tenía que ser yo en este mundo... supongo).
Saludos y nos seguimos leyendo
¿ es usted el sr. sergio miranda ? / empiezo a atar cabos pero, no sé...
Sea quien sea, siempre bienvenid@ aquí, con Penny por supuesto, y sin ella también.
Me da gusto que se acuerde de mi apodo. Un placer ver gente nueva en estas calles.
Salud.
Emo...EMO...EMO!!!
Es lo de hoy Juan Carlitos... ayer fuiste Cobain... no veo porque no puedas ser Emo el día de hoy...
Para cursis... acá estoy... también quiero llorar... cabrón esto del amor... el amor... como me molesta...
Aneh!
Yo ya sospechaba en ti cierta emosincracia.
Besos.
Si lloraste con Nigga, tienes que comenzar a preocuparte, ese es un problema más serio todavía jajaja.
Saludos señor Juan Carlos MedrEMO
Mmm... yo creo que a cierta edad uno rebasa el potencial esencial (o será mejor usar la palabra genético?) de ser emo... claro, la posibilidad de la simpatía entre las generaciones no se niega, y qué mejor que encontrarla. Yo prefiero, a mis horas, una pintura de Artemisa, Melancolía creo que se llama. Por otro lado, los sones jarochos siempre me levantan el ánimo, sobre todo los de Los Cojolites, ja. Saludos!
Srita. Estrada !!, es todo un placer tenerte de visita por estos callejones. Me encantará verte seguido por acá...
...y... bueno, no sé: ¿me dijiste que estoy viejo? o joven... (je)/ los sones son una medicina formidable contra la desesperanza, también te recomiendo los pasodobles (a mí siempre me hacen sonreir).
Un abrazo. Un beso.
Salud.
oh, qué amabilidad, con todo gusto gentilhombre, es un placer.
Mira que los dos únicos veracruzanos que conozco han resultado ser declamadores de poesía desde pequeños, en concursos de poesía y toda la onda - tú, por supuesto, eres uno de ellos... debes de tener una voz muy bonita.
Me da gusto que hayas disfrutado el post, y que te haya dejado esa sensación... busqué el poema, no lo conocía, está de más decir, claro, que es un poco triste, me dejó pensando en un par de cosas.
Vale, nos seguimos leyendo y escribiendo. Abrazos y Salud!
PS: no no, cómo crees, si uno siempre es joven... no sé que es un pasodoble, disculpe usted mi ignorancia... o no sabré que lo sé? Investigarélo.
Mira, aquí te envío un link con un ejemplo de pasodoble:
http://www.goear.com/listen.php?v=b6c8837
Que lo disfrutes.
Muchas gracias don. Creo que alguna vez lo había escuchado, y también me hizo sonreír.
Un abrazo
Yo emé, digo amé tu post. Me reí muchísimo, quería ver el desenlace desde el principio. Perdón por reírme pero era una tras otra... bueno, dicen que el que se ríe se acuerda, mejor me callo.
Y esos personajes -los de mi último post- son una alegoría sobre el amor fallido, aparecerán en mi primer poemario y cuando lo presente te invito.
Saludos!!!
Ei, señorita Luza (bonito nombre, por cierto), gracias por tu comentario. Nunca pidas perdón por reírte, mucho menos de lo que yo escribo, ésa era la idea. Me llena de gozo complacer a los lectores proactivos (o sea, los que también escriben).
Oops... entonces eso de las glándulas y los sindientes no tenía mucho que ver... bueno, quise entrar en la trivia.
Más que agradecido por la invitación, allá me tendrás; espero que todo marche lujoso en el proceso.
Salud, y bienvenida a las avenidas blogosféricas del peatón. Vuelve siempre.
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