martes, 10 de enero de 2006

Historia Cubista*

Un ambrosaico sabor a cacahuate dulce derritió la frialdad de los comensales. Prestos, nos apoyamos en saborear el de cosecha 2003 traído de la Francia. Un sorbete al de mayor edad para la aprobación general, me guiñó el ojo y me anunció que procediera a servirle a los demás. Luego el pollo ligero, la ensalada con eneldo en forma y orégano desmedido: una belleza, y el arroz indomable, incivilizado y salvaje que trajo la vecina. Plato de reyes y en punto. Después galletas de chocolate blanco al jerez y jaleos de fondo por cortesía del Cigala y Casa Limón: ¡cerca del río hay un sendero donde la tarde es caramelo, cerca del río yo me pierdo, me encontraré cuando me encuentre con tu' besoOOOOOoooo'! y olei.
Así, entre risas y lagrimones, entre diretes de gozada insuperable, entre la hermandad fallida de una familia no trunca que pareciera serlo, divertimos a la barriga y dimos rienda suelta al desbozado caballo de la felicidad felicitada. Nos fuimos yendo, de a dos en dos, de a uno, de tres en diez hasta que quedaron ellos solos, ellos dos con su flamenco, con su dry sack, ellos dos a solas, con su lampara de tiffanys y sus muebles rococó, ellos dos, así de hermanos, así de sangre hermanos, hermano él, hermana la madre mía, y luego, entre confesiones y pocos susurros, se dijeron sus mentiras, se mintieron sus verdades. Me quedé alejado pero atento, fumando afuera, tomando gas y agua, imaginando su plática fluída y necesaria, visceral. Salió primero la carta que mi madre le diera al tío en aquel funeral de su cuñada: "a la carta que me mandaste dale su tiempo". "Al tiempo escríbele cartas". "Las cartas quémalas a su debido tiempo".
Después salieron al jardín, a paso lento de la sala; sus ojos denotaban alguna especie de pacto invisible, innombrable. Intercambiamos direcciones cibernautas, me dio un abrazo fuerte, de esos suyos, muy sentidos, y con carraspeos me apretó fuerte la mano: ha sido un gusto 'mano. Ha sido un gusto 'mano, dijo con parsimonia y se alejó de la escena, cabizbajo, sonriente, más tranquilo.

* lamentablemente informada de un sólo lado. Favor de inventarse el resto. Que ría el que se lo sepa.

1 comentario(s):

Juan Carlos Medrano dijo...

¿ah sí?, no lo sabía, pues a mí me parece un tanto acelerado el decidirme por uno o por el otro... ya escribiré sobre el otro que tiene también, como ya sabemos, tela de dónde cortar... y mucha!!
un abrazo.