jueves, 29 de julio de 2010

Yo, polvo

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Play!, de favor.



Cosí esta luz a mis ojos, allí se quedó burbujeante; pura presión explotando en mis cuencas: expresión. Así me parece el reflejo, las sombras proyectadas. Puedo andar despacio en una calle mirando con interés la luz sobre cada objeto. Si el árbol se plasma en la cantera de iglesias, qué bien, sonrío; si disminuye en intensidad, entonces miro al árbol, cada rama, pájaros furiosos, y sonrío. O no, me quedo callado y miro. Solo. Limpio. El aire que respiro es una sombra más de lo que soy.

De pequeño me gustaba tumbarme en la madera del piso y acariciar las duelas con sol que ofrecían las tardes de diciembre. O ver el polvo suspendido, manotear despacio, revolver, y con la mirada seguir el camino de los corpúsculos; lo pequeño iluminado, lo diáfanamente convertido. Y en el “yo, polvo” olvidarme, por un momento inquietante, de todas mis alergias y no-puedos.

Quizá por ello estudio con diafragma la existencia, por detenerme. O, concluyente, afirmo que el universo (cada nébula envolvente) no cabe ni en memoria ni en instante sino en luz. Y entiendo todo, ¡gracia de Dios!, entiendo rotación y traslación, ciclos lunares, agricultura, guerra, asteroides, cocina, computación e inglés. Entiendo, al fin, cultura.

Pienso, quiero decir, me estimulo, pues: a ver, ¿por qué entonces no puedo describir ya nada? ¿Qué perdí y en dónde para no ser capaz hoy día de pronunciar palabras idiotas? ¡Cuánto de descubrimiento, praxis, teorema, fundamento, ley, medicina cohabita aquí a mi lado, en los libros, la tele, las personas! ¡Quién me robó el asombro! ¡Quién el espacio vital de mis neuronas! ¡Cómo fui a perder la sinvergüenza antes siquiera de llegar a viejo!

El pleito nunca es conmigo, para qué, si soy condescendiente con mis actos: mato, presto mis hombros, manejo, saludo, robo encendedores, hablo a las espaldas de los otros, meo de pie, duermo feliz como feto alimentado, palmo, fuerte, ¡rojo!

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Te comen las ganas por decir lo que piensas. No importando eventos o cicatrices. Vamos a escribir sin deberle al criticastro o remendar en pretextos cada línea vacua / Flor, por ejemplo: sexo vegetal del reino vivo. Carne: alimento. Hay quien dice que ser carnívoro es ser, también, adorador de muertos, comensal en banquetes cadavéricos. Y qué. Me gusta. Y qué sin con eso me violento o tomo al ser humano como carne y flor de lo que veo. Astro: Viento. Noche. Pura enumeración. Sortilegios descuidados que me embeben, que palpan cada intento de mis dedos por devolverse la gracia ante teclados inertes. Y qué. Son sólo eso. Golpes de pastillas que chascan los deseos más negros. Fuente inagotable de irreversibles catarsis.

No me propuse nada. No me entretengo tampoco matando las horas con esto; para eso: las revistas malas, el ejemplo en cara de otros, la risa de los niños, los pájaros que cantan, las hormigas conocedoras de nubes y lluvia y malas noticias, los eternos escaparates donde miro artículos que jamás compraré. Y qué si los miro o les patento nombres. Dónde estudio lo que mueve mi alma, dónde acomodo la palabra escrita indescifrable si no es aquí contigo, Peatón, ominoso amigo invisible que nunca me habla. A quién perjudico yo. A quién le enseño o desenseño las hojas amarillas de mis libretas de apuntes. Dónde parar cuando de correr se trata. Y dónde hallarse, como se cree que es uno: feliz y despreocupado, egoísta de otros mundos y sensible hacia los encantos que uno mismo se provee. Aquí, digo yo -polvo-, donde mis versos se convierten en capilla.

)



...

Comentaba entonces, luego de mucho meditar, que me parece bonita la forma en la que el sol se fuga en los rincones e impregna de belleza las alfombras, las macetas, los vidrios. Y a eso me dedico. Y sonrío. O no, me quedo callado y miro. Solo. Limpio.



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2 comentario(s):

La Garbo dijo...

Me tienen encantada tus fotos Medrano. Un saludo enorme y un fuerte abrazo.

Juan Carlos Medrano dijo...

¡Cómo te va kokó!
Qué bueno que te gustan las fotos. Me tendré que poner manos a la obra con más series.
Placer y abrazo, siempre, pa' la pimer comentarista del Peatón (que sigue activa).

PD. ¿Qué pasó con la entrada de tu blog que según yo se llamaba "Distintas catarsis del sí"? ;-)