miércoles, 28 de julio de 2010

Delicia nosotros

< Patria chica 11/11



Delicia nosotros

Si puedo enunciar delicia, puedo lo demás. Lo demás es pasado cobarde, es eterna, forzada, negligente, burdamente tiempo atrás. La última vez, por ejemplo, que me comí un pedazo de acitrón: y si sabe igual, con qué me quedo luego. La inquietante razón de robarme ostias para echarles cajeta casera: la abuela murió y se acabó la cajeta, con qué me quedo después. El ojo indómito ante la granada que cruje, el sabor amargo de mis dedos, sangre frutal, ávida de lumbre y saliva: gusanos plagaron el árbol del jardín infantil, con qué me quedo antes. Con, creo yo, con el poder, entonces, global y compulsivo, de enmarañar en mis recuerdos cada ingrediente de un chile en nogada… Capisci? No. Pues eso. ¿Y la cajeta? Pues eso.

Sin embargo, caminantes amigos, andantes y desandores de agendas apretadas, está el dulce placer de la prosa y la poesía, está con los ausentes el canto de grillos y cigarras, está el violín huasteco de arco chueco, y las nueces navideñas o pascuales, y el aguardiente norteño, chiapaneco, demoniaco, de maíz, y las malditas virtudes con cada vicio bendito, antagonista nato.

Y están las camas destendidas con sus habitaciones coquetas, el mole castizo y dulzón de las parroquias donde fumo, los caballos herrados, el pasto y sus bondades de mora silvestre, limón, champiñones. Y está el querube de madera con su enloquecido tallador, y el “ves a ver”, y el “Dios me libre”, y la mafia de portales, y mazorcas asadas, y leche fría, abrazos, “no me falles”, ventanas.

Si lo demás se me olvida, por qué enunciar delicia. Delicia nosotros, con toda nuestra genética innoble genética, con nuestros más de peros que además, con la violable siempre virgen inocencia, con el “qué dirán” a cuestas del cliché y el amanerado afán por despedirnos. Deleite del caníbal, complacencia para iracundos, gozo del débil y la “femme fatale”, delicia rinconera de las ciudades y pueblos. Pletóricas cantinas. Comilonas. Hambre. Delicia. Pereza. Egoísmo. Punto y aparte: patria chica.

















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Puestos alucinógenos
Xico, Veracruz

Final de serie

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