viernes, 23 de julio de 2010

Vivir de veras

< Patria chica 9/n





I. Procesión de toritos

Los perros flacos llegaron antes con su jadeo, correría y pelea, y al trote blando van explorando las transversales antiguas calles y sus veredas. Llegan los hombres: gestos altivos, despreocupados; sombrero aludo, dientes dorados –ningún saludo– vienen margeando las arboledas.

Después, las coloridas amplias polleras, las trenzas gordas, dorados aros (casi redondos, casi ovalados), labios carnudos, dientes iguales bien nacarados; y aquellos ojos de acero y humo de ensoñaciones y de presagios –que son azules como zafiros o entonces negros como naufragios –. (…) Respiran luna y aman el sol que son las marcas contradictorias de su vivencia en suelo español.

En la alta noche prenden hogueras y antiguas danzas bailan descalzos como si fueran a levitar, cuando un rapsoda, emocionado, llega por fin y les devuelve todo el pasado en la melodía de su violín. Encarnan lo fantástico y lo fatídico y lo irreal. Algo de circo y de caravana repite un ciclo, ya inmemorial; queda flotando en la tierra vana un vano aroma de eternidad.

Un pueblo en marcha
Ricardo de Brasil, 2007



















II. Danza Mayor
(Payasos, tocotines, santiagos y enmascarados)

El exotismo barroco -o mejor dicho, el proceso de exotización -no se reduce a la pura caricatura, a la parodia o al estereotipo reductor. Los criollos estaban familiarizados con los recursos proveídos por las tradiciones indígenas y el mismo nahuatl.

Sin embargo, no debemos confundir la búsqueda o el conocimiento del detalle folklórico con alguna obsesión por la autenticidad, preocupación que hoy en día condiciona, impregna y pervierte nuestra relación con las culturas extraoccidentales. El caso de las mascaradas proporciona algunos indicios al respecto.

La costumbre de las mascaradas se observa en México desde el siglo de la Conquista. A los españoles, negros y mulatos les gustaba aparecer bajo el disfraz de otra nación. Lo hacían más fácilmente cuando no les guiaba ningún deseo de autenticidad. Al presentarse bajo atuendos exóticos, dejaban la mayor libertad a su imaginación y fantasía. En el coloquio de 1578, se presentaron actores con "trajes" mezclados de Español y de Indio. Uno de ellos "llevaba el cabello cogido al modo de acá, con muchas joyas de oro y perlería. Su vestido interior era a la española y encima un huypil [...] el cual remataba en la cortapisa con una orla de oro y seda" [Hildburg Schiling, 1958]. Aquí, de manera propiamente física, las referencias culturales se sobreponían sin tomar en cuenta normas históricas, arqueológicas o étnicas. Dicha libertad, sin embargo, no significa que el arte mestizo seguía vías arbitrarias o espontáneas.

Nuevo mundo, mundos nuevos
Serge Gruzinski, 2005



























III. "Tantito bien"

Hace ya diez años
que recorro el mundo.
¡He vivido poco!
¡Me he cansado mucho!

Quien vive de prisa no vive de veras,
quien no echa raíces no puede dar frutos.

Ser río que recorre, ser nube que pasa,
sin dejar recuerdo ni rastro ninguno,
es triste y más triste para quien se siente
nube en lo elevado, río en lo profundo.

Quisiera ser árbol mejor que ser ave,
quisiera ser leño mejor que ser humo;
y al viaje que cansa
prefiero terruño;
la ciudad nativa con sus campanarios,
arcaicos balcones, portales vetustos
y calles estrechas, como si las casas
tampoco quisieran separarse mucho...
Estoy en la orilla
de un sendero abrupto.

Miro la serpiente de la carretera
que en cada montaña da vueltas a un nudo;
y entonces comprendo que el camino es largo,
que el terreno es brusco,
que la cuesta es ardua,
que el paisaje es mustio...
¡Señor! ¡Ya me canso de viajar! ¡Ya siento
nostalgia, ya ansío descansar muy junto
de los míos!... Todos rodearán mi asiento
para que les diga mis penas y mis triunfos;
y yo, a la manera del que recorriera
un álbum de cromos, contaré con gusto
las mil y una noches de mis aventuras
y acabaré en esta frase de infortunio:
—¡He vivido poco!
¡Me he cansado mucho!

Nostalgia
José Santos Chocano, 1908











///



Xico, Veracruz
Julio y 20
Procesión de toritos

>

4 comentario(s):

ursula dijo...

Eeeeeeeeeh!!! Qué chido!!!!! Eres un gran fotógrafo!! Y qué bonita es la fiesta de Xico!

Te adoro, viva tu patria chica!

Juan Carlos Medrano dijo...

¡Epa coso!

Muy agradecido, muy agradecido, y gracias a tí por acompañarme día y noche, sol o lluvia, por todo el pueblo y disfrutar tanto de mi Xicu... ¡te vuelvo a ver! / La puritita verdá que se vive mejor contigo que sin tí. Besos siempre aquí, ahí o maracuyá.

¡¡¡Ti amo!!!
:-)

PAto dijo...

Oye si ehhhhh. Que buenas fotos mi querido Frumbium, excelente coleccion pictorica ferial de Chimalli.
Sin cables el pueblo va a ser una maravilla del mundo mundial.
Así quedamos. Media vuelta!!!

Juan Carlos Medrano dijo...

Grazie Pon, gracias. Je.
Dicen las lenguas buenas que en febrero finalmente podremos develar nuestros sentidos antes de darnos una callejoneada por el nuevo pueblo; ¡a ver si cierto!

Te vuelvo a ver.