lunes, 8 de junio de 2009

Dove resterai mia

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In sere come queste preferisco non pensarti,
mi fa male sapere già solo che esisti;
gioco con un filo di una giacca e all’improvviso
tutto si rivela, tutto parla…

Giorgio Barbieri, 2007



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En… recorridos, quizá; en autobuses otras veces, no en las fronteras, en el nowhere y no obstante en todas partes aparece, carcomida por el sueño que vence, aturdida, ramplona, hecha un acertijo dando vueltas, doblada en tres mitades, contemplativa, espiritual y piadosa, rústica y real, la musa mística: la música.

Y a la música le da igual si estamos dispuestos o no a escucharla de frente y mirarla a los ojos, y desangrarnos… o ponernos contentos (qué se yo de humus y husos y otras tuercas cerebrales). La música pasa inadvertida, la mayor parte del tiempo, entre la densidad del aire y nuestra masa corporal. Y allí se queda, retumbando cíclicamente tanto hasta que duela o cure. O simplemente transita: salta abandonada al alma; a los rincones, o podridos o perpetuos, que sólo nosotros conocemos, a la boca del estómago, al veneno de la sangre, a la rabia de los dientes, salta, o se queda, o se dispersa o transita en los inoportunos cauces de la memoria que siempre nos devuelven, casi siempre, depende, nunca, una sonrisa y unos ojos que, chirriscos, vuelven a mirar al suelo.

Así le pasó a Barbieri la primera vez que escuchó a Portuondo. Así se deslizó Venuti por la oreja de Barbieri. Así me pasó aquella tarde, cuando de última instancia, metí con ternura un disco a un sobre amarillo y le puse tu nombre y lo firmé: te quiero.



Los pequeños placeres son de Sara Olmos.

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2 comentario(s):

ursula dijo...

es que la nuda verità
e che ti amooo...
come nessun'ha maaaaai

Si cierto!

Qué hermosa y sincera forma de desnudar a la música. Muchas gracias corazón.

Te dejo acá otra de nuestro Barbieri:

http://www.youtube.com/watch?v=zgYtJmMxKPk&feature=related

Juan Carlos Medrano dijo...

Qué canción más buena también, y el patio... el patio ese de algún puntúsculo italiano de poblado napolitano: maravilla.

¡Gracias lucciola!

¡Purificas per me tutto mi turbamento!

Salud y paz crepuscular.