lunes, 30 de marzo de 2009

Arriba y Encima: lo mismo

> ¿no?



1.

Hay un reino lejano, secreto, donde lo presuntuoso aflora entre jardines colmados de libélulas inquietas y estanques con nenúfares morados. Se llama, tal vez, lo cursi. En él habitan dos personas en universos paralelos e infinitos. Habitan, cohabitan, beben felices del néctar de la vida eterna… y no rastrean a nadie nunca. Viven dos aquí, allá otros dos, abajo dos, encima dos, dos desnudos, dos con ropa, lejos dos, dos hombres, dos mujeres, uno de cada, imposibles dos, dos ancianos. En universos paralelos, dos.

En lo cursi se amamantan esos dos; hay mucho de secreto, aunque estadísticas confirman que el reino también es visible para públicos adversos. Es en los nunca-cursis que los cursis encuentran peso y medida. Es, también, en la no-verdad (que no mentira) que los nunca-cursis refuerzan los detalles de los cursis. Los nunca-cursis bostezan de lo cursi y los cursis, a su vez, temen todo el tiempo de los nunca-cursis. De que el amor se acabe. De que la vida siga su rumbo… en otros universos paralelos… y con otros dos.

2.

Quiero aquí discordar; romper el esquema global/dogmático que la academia me presenta (lo hago muy a menudo; disiento de los viejos verdes españoles que le ponen nombre a las cosas; y encima, escribo; y a colmo, soy profesor de redacción. Y qué. Me alzo de hombros, hago un pucherito infantil: quiero aquí discordar) sobre el vocablo: cursi.

Los Reales Lenguados de Ultramar me dicen, casi a gritos, profiriendo sabia elección de palabras, que lo cursi es toda acción o cosa que, con apariencia de elegancia o riqueza, es ridícula y de mal gusto.

No pretendo en mí los malos pensamientos pero me supongo, casi sospecho, que la definición fue creada antes de hojear siquiera lo propuesto por Adorno, Greenberg o Eco. Habría que discernir la estética kitsch del modus vivendi cursi. Yo soy cursi, visiblemente; lo saben los que me conocen y los que no, lo intuyen.

Soy además, un discretísimo coqueto de lo kitsch; no soy coleccionista, no regalo postales rascahuele, nunca entrego rosas a mi amada en tardes de trova barata, no me corto las venas con el Ojalá de Silvio ni traigo pintadas llamas verde “hot-wheel” en el auto. Sin embargo disfruto las Guadalupes con foquitos navideños o me encanta admirar las pinturas de atardeceres montañosos hechas con spray fosforescente.

Cursi y Kitsch, ¡maldita RAE!, nunca serán lo mismo. Deberían premiarles, ese sí, su mal gusto por definir palabras; ese sí, su ridículo intento de englobar el lenguaje en términos ambiguos.

3.

Maravilloso. Cursi. Perfecto. Imposible.
Me encanta.



Pero más me encanta:
¡Urrrrrrsula, cien años!



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3 comentario(s):

ursula dijo...

:D

Pero, pero... a mí sí me gustan las rosas rojas! :.(
(jiji, no es cierto)

Me gustó mucho esa primera definición de lo cursi, como ese estanque paradisíaco, y esa insistencia en el número dos. La frase de "en lo cursi se amamantan dos" es mi favorita. Y qué bonita la canción del Bosé, ahora me dedico a escucharla variamente.

Te mando unos besos de chocolate rosa en forma de corazón tamaño carta, sobre una cama de tiritas de papel de china rojos y blancos y confettis multicolores, que tenga escrito un "Te amo" seguido de ese nombre que tu y yo sabemos, y luego tres puntos suspensivos, envuelto con un papel celofán con estampado en rojo de varios cupidos pequeñitos a punto de lanzar flechas. Y con un moño enorme en la esquina superior izquierda.

Sí cierto!

PD: Yo tampoco sé dónde está Macondo. Debe de estar cerca de ese lugar de estanques y libélulas, hecho también de cosas reales y de coincidencias y prolongaciones temporales imposibles.

Ti voglio bene mio caro!

Travis dijo...

¡No te dejes engañar Buci! Que digan lo que quieran pero, la verdad, es que todas las chavas son fans de las llamadas nocturnas de borrachos enamorados, las rosas, serenatas estilo Pedro Infante, vestidos largos y blancos, las rosas (cualquier color), chocolates, arcoiris y un largo (LARGUÍSIMO) etcétera. Abusado Juan Carlos, es un secreto que se debe mantener así... ya sabes, por eso de las sorpresas. Sí por darte esta información, aparece una narcomanta con mi nombre escrito en sangre, no te dejes silenciar. Las chavas, por muy jipiabrazaarboles que puedan ser, si son cursis... y nosotros más.

¡Salud!

A. Güiris V. dijo...

Mi buen y estimado Medrano, no me has contestado sobre el mail que a su vez, te respondí. Espero te halla legado, aunque de eso ya mucho. Aquí me paseo como de costumbre y ahora me doy tiempo para saludar. ¿Cómo va todo? Acá andamos para cualquier cosa que se ofrezca, ya lo sabes. Me paseo además de lo acostumbrado para preguntarte como has sentido el nuevo disco en vivo de Sr. Cohen. Por estas tierras se rumora que venga, a Gijon más en particular, si es así que más el gasto, tendré que ir. En fin, fuera de la banalidad del tópico, te mando un saludo, un abrazo afectuoso. Espero todo vaya bien, salúdame a todos por allá.