miércoles, 22 de abril de 2009

Cruce de caminos 11/n

> y a quien pide se le da:



a)

“Hoy hubo limpieza general en el cementerio”; casi reímos al sabernos buenos para los enunciados que deben empezar todas las novelas. Y es que, en efecto, los contenedores de basura estaban repletos de flores frente al camposanto. Hoy hubo limpieza general en el cementerio; Lucía Quiroz barría despacio los últimos pétalos.

Sea matiz de buena tarde o simple divertimento, siempre encuentro un mórbido placer en los enunciados que encasillan un texto en encantador o aburrido; algunos ametrallan la memoria para toda la vida. Sin duda, uno de los grandes debe ser el que escribió Pamuk para “Me llamo Rojo”: Ahora estoy muerto, soy un cadáver en el fondo de un pozo.

b)

Me emociona mucho llamar a Telmex (o ponga usted la empresa). Destino dos horas de mi tarde para arreglar actualizaciones de antivirus, servicios digitales, planes de Internet. Me gusta pensar en las palabras que elije el personal para no crear confusiones en el cliente cuando le da una clave importante para algo importante que a la larga se vuelve obsoleto.

No es fácil dictar (en mayúsculas y sin espacio): TYT222ZUBQ. El caso empeora si se trata de un NZ6H6EEK. Lo divertido es el análisis puntual de los ejemplos. T de Taza, Y de Yoyo, T de Taza, Dos Dos Dos (le repito) Dos Dos Dos, Z de Zapato, U de Uña, B de Bueno, Q de queso. O casi lo mismo, aunque quizá con más ingenio: N de Niño, Z de Zapato, Seis, H de Hilo, Seis, E de Elefante (otra vez) E de Elefante, K de Kilo.

Quién universaliza este nuevo alfabeto para elfos. Quién determina que la Z es de Zapato y no de Zorra, que la U es de Uña en vez de ser de Urano, que la doble E son dos elefantes en lugar de una crEEncia. Es tímido el personal, y más ignorantes somos los clientes.

c)

El amor provoca miradas compartidas de la historia universal. La historia se queja del Hombre por acomodarla a su antojo. La Tierra, antes como testigo mudo de atropellos, entonces se venga; crea conciencia a través del polvo de estrellas y nos empuja fuera de nuestras islas.



d)

Nunca llegan a tiempo mis antojos en las tiendas de abarrotes. Hace algunas tardes amarillas quise, como siempre, unos cigarros rojos. La dependienta me dice, semidormida: ¿cerillos? / no; cigarros / cigarros / sí, Marlboro / rojos / sí / ya mandé a comprar, ayer se me acabaron / qué otros cigarros tiene / cigarros / sí, de cuáles tiene / cigarros no tengo / sale, gracias / pásele.

En otro momento busqué, con más desesperación que buen juicio, un sobre bolsa amarillo tamaño media carta. Tengo de estos, pero se rompen / ¿? / sí, mire usted, se rompen. Y presto, el joven que atiende ese negocio, rompió ante mis ojos un bellísimo sobre bolsa amarillo tamaño media carta. No salieron muy buenos de la pestaña, mire, se rompen / sale, gracias / ándele.

Varias noches atrás se le antojaron churros con azúcar y canela. Salimos en busca del manjar; nada de nada, todo cerrado, todos en misa, ni siquiera jugaban los niños al futbol en las calles alumbradas: nada, ni esquites, ni papas fritas; no hablemos ya de churros (u otras drogas menores). De pronto, fulgurante, misteriosa, nos llama la atención una fachada amarilla, un foco prendido: “Churros, aquí”. Dios es grande, pensamos. Dame una bolsita de churros. La niña, detrás de una olla enorme, tenía los ojos llorosos. No hay masa y la máquina no sirve / (Dios no existe) tienes… ¿elotes? / no han llegado / (nunca me han gustado los choclos impuntuales) ¿palomitas, papas? / no, es que no tengo de eso / ¿qué tienes? / ¡nada! / (…) sale, gracias / ajá.

e)

Me presentó a su novia cuarenta años menor que él, me dijo, casi coqueto: “Esta es tu nueva tía, o amiga, o como quieras”. Le di un abrazo a mi coetánea y sonreí mientras partía una rebanada de provolone hecho en las montañas, recordé a Topo Gigio, y feliz me puse a comer el queso / “El que come y no convida tiene un sapo en la barriga; yo comí y convidé y ahora el sapo lo tiene usted”: bonita la reflexión roedora.

Larga vida a Topo Gigio, al provolone y a mi novia hermosa de 29.

f)

Tan fácil, digo yo:



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1 comentario(s):

PAto dijo...

Si cierto.
La ternura de las tienditas esta buenisima.
Asi quedamos mi querido amigo porcino H3N5, ahh no, es que me dictaron mal los numeros.
Que tu!...Ta cabron!...
Que tu! (con diferente acento)...Ta cabron! (tambien condiferente acento)....Si ta cabron!