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Es bienvenida la intrusa: cuida de mí, me escucha. Sabe lo mal que me ponen las hormigas. A veces se va con sombrilla y lodo en los tacones pero irremediablemente vuelve, vuelve a mí, a mis misterios, a mis tristezas, a todo desatino vuelve, y escucha.
En ocasiones se levanta de una cama azul y camina despacio por la barda del vecino que atolondrado y violento la golpea, corta su ímpetu de sueño y crecimiento. Vuelve a mi vera; roja, maltrecha, eclipsada, de malas, cansada, no saluda, no se duerme, sólo inmóvil ahí se queda, tumbada en mi rellano, curándose con cal las cicatrices.
Todas las mañanas ennoblece mi figura de catrín y despacio me acaricia el pecho, las mejillas, la sonrisa. ¡Vuelve sano del trabajo!, ¡no te enfades!, ¡come a tus horas! – me grita guiñándome un ojo; me alejo cabizbajo mientras ella se retoca el alma con rocío, entonces me avienta besos de agua frutal y dulce.
En la oficina la dibujo siempre; trazo su silueta y coloreándola de sabores vainilla imagino un nenúfar suspendido en ríos perfectos donde acampar en silencio. Sé, por cierto, que los lirios y las algas la avergüenzan, que a veces desatan su ira y lanza proclamas contra ellos: ¡parásitos bastardos!, alega en su defensa… luego toma té y se calma. Vuelve a mí, pernocta vigilando el sueño de este cliente satisfecho.
Por la tarde canta, se entretiene contando el viento y de cuando en cuando bosteza. Pletórica me abraza, me rasguña, ubica mis miedos y los desecha. Siempre que le leo me hace cosquillas, “no son chistes, niña”, le digo displicente, entonces se me pone digna y atenta, siempre muy, me escucha.
El piano le gusta, el buen piano: el de verdad, el sincopado. Que nadie la interrumpa cuando educada se pone a oír a Albéniz, a Lanz, a Jones o a Mehldau. Con cuidado se puede advertir cómo crujen sus huesos; danzan sin precaución, remontan el vuelo a paisajes sonoros donde nada sobra… y luego allá se queda un rato, mirando triste su futuro, deseando cambiar todas las noches del mundo por un poquito de amor correspondido.
< ... cursi, tonto, melancólico, poquitín kitsch
(no lo eches a perder Juan Carlos)
... que no se malentienda: es bonito... y cursi >
sábado, 26 de abril de 2008
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3 comentario(s):
Dejémoslo en Bonito... Ja!... ya dinos a quien le escribes!!!
Hace falta un romance... anímate y cuéntanos...
Y qué... ¿Ahora tú también publicarás los Lunes?... jajaja!!
Abrazos!!
mmm...
mira: lee más despacio, no es para mujeres (creo que por segunda o tercera vez escribo sin pensar en mujeres), quité la dedicatoria para que no fuera tan obvio pero puse una foto muy ilustrativa.
enredadera... este... el vecino la "corta"... ok, creo que dije suficiente.
Un abrazote, y gracias por estar ahí.
¡¡Ja!!! Tienes la razón [OBVIO... ya no entiendo ni lo que leo, ni lo que digo...]... Me gustó aún más... que belleza!!
¡¡En fin!!
¡Felíz Puente!
...Te perdiste de ver a Topo actuando...
Aneh!!
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