lunes, 12 de diciembre de 2005

Sobremesa 2/n

Ella volvió ayer de su trance. Se dejó el alma, la mente y parte del cuerpo en aquel retiro espiritual donde no pudo hablar durante diez días. Le hicieron de todo: comer sanos potajes, conocer la forma de su respiración, el resplador de sus ojos, conocer del otro sin mirarlo y sin dirigrle una palabra; le hicieron ver sus miedos, sus éxitos, sus rencores, su futuro. Le hicieron tratar mejor a las arañas; cuenta que un día, debajo de su cojín para meditación, encontró una pequeña Taranttela; sin más, sin ponerse nerviosa, ella tomó un pañuelo y la alejó ligeramente, pero la araña, empecinada, volvió hacia el calor de aquel reposo; con parsimonía y deseo, logró que el animal se subiera al pañuelo y así sacarlo de la habitación. Comimos hoy con ella y era fabuloso su paulatino nuevo despertar al habla: fraseaba cada letra de cada palabra de cada frase como si la saboreara con creces... Hipnotizados, la fusilamos con preguntas místicas, mundanas, capciosas. Nos las contestó todas, sin miramientos, sin cansancio... Después salimos los hombres a tomar el anís, el brandy y el cigarro lejos del bullicio que las damas provocaban con sus pláticas sobre divorcio y leyes. Y parecía como si nos hubiera hechizado con sus nuevas tendencias, seguíamos hablando de lo mismo. Alguno conluyó: yo medito todos los días, subo a la biblioteca, donde nunca va nadie, cierro los ojos y me percato de mi cuerpo, no pongo mi mente en blanco pues siempre está trabajando, pero sí logro mimetizarme con mi entorno, y es todo un descanso lujoso. Otro dijo: lo bueno de meditar está en generar un desapego a lo material y a lo humano, y así, aprender a amar con pureza. Si lo concibo como algo pasajero, nadie será dependiente de mí y yo seré muy libre. Uno más sentenció: yo leí a una peruana que escribió sobre eso, decía algo así como: yo me apego al desapego.

Y o m e a p e g o a l d e s a p e g o. Olé.

Sonaron risas; ella entonces llegó con las amigas y todos supimos, cual mágico dictado, la solución a los problemas que, por rutina, nos aquejan.

2 comentario(s):

Tangerine... dijo...

Más que dejarme intrigada tu historia, me intriga saber de qué carambas estás hablando! Quisiera saber si es real, si lo has inventado o de qué se trata porque parece tan real como ficticio. Me gusta como redactas y me gusta también no conocer una que otra palabrilla que escribes por ahí al igual que la loca secuencia que le imprimes a cada escrito.
Saludos!!
Cos
PD. "HAIKÚS" no lleva acento... o si??

Juan Carlos Medrano dijo...

Jelou Querida Lectora Pariente Lejana de Victor Hugo y su Miserable Mundo Francés:
--- Haïkä(s) es la forma japonesa del aforismo latino: una frase metafórica que englobe un sentir (de diccionario barato) y su equivalencia latina es Haikú (con acento)---

... He intentado, hasta el momento, no dar a conocer la procedencia de estas historias; queda, en la imaginación juguetona, decidir si lo que lees es real o no ...

EEEEHHHH????
Saludos Varios.