lunes, 5 de diciembre de 2005

Sobremesa 1/n

Dijo entonces: sí, y yo con mi ética muriéndome de hambre. Se paró de la mesa y se fue enojado. Pasaron 4 días antes de que nos dirigiera la palabra. Habíamos discutido sobre lo amoral y como siempre en estos casos, la conversación se salió de control...

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