miércoles, 27 de agosto de 2014

Tibio iluminarse de los afectos


(Un respiro)



Intuyo que nadie cree lo que digo. Al menos así no me he dado a la caritativa tarea de seguir tan vivo. Entreveo que las brisas me asedian en los túneles obscuros de un tiempo que se fugó dispuesto a no volver / Esta ventisca del otoño venidero. Seguro es ella la que aguaita al escritor cuando se torna presa. Palpitar estorboso, a medias, rutinario, vuelto nudo, de un núcleo sustancial entristecido. La pausa indebida: el tiempo fugado.


Creo que nadie intuye lo que digo. Irrebatible es el criticastro hacia la mala posición de mi sextante, allende los mares del espacio, estimulando mi raudo desvío de cada multitud en la que mal anido. Otra vez la cosecha sempiterna del mal tiempo. Otra vez las almas llagadas que se arrancan la tristeza con puntas ardientes de hierro. Otra vez la poca paz en lo que anhelo; el músculo vivaz de cada sueño; el tibio iluminarse de los afectos; la desusada calzada que por quejoso peregrino. Otra vez tu ortográfica hermosura en medio de la melancólica industria de los deberes mundanos. Otra vez mis epítetos tontos y las listas, las comas renegadas en cada servilleta de cantina. Otra vez las enumeraciones. Otra vez tú tras los velos delirantes del olvido. Otra vez nosotros a través de embozos níveos. Otra vez el sigilo de la memoria y el puente indomable hacia la remembranza, la tarde, esos saltamontes.


Digo lo que nadie cree que intuyo. Ni siquiera cedo en mis decires de nocivo caminante / Luego me distraigo / Este apaciguarme a lluvia torpe. Este diminuto gato que chilla. Estas veladoras que me calcinan la prisa y los planes. (Otra vez los planes. Otra vez los augurales malabares del destino. Las muelas del juicio. Los descansos que se otorgan mi cuerpo -poco prudente- y mi espejo -mucho arrogante-)

Nadie intuye lo que creyendo digo.

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Todas las fotos de (el) peatón

2 comentario(s):

Unknown dijo...

Cuando era joven y leía a Carlos Fuentes tenía que regresarme y releer dos, tres, cuatro veces... Escuché Dark Side of the Moon varias veces antes de empezarlo a entender y disfrutar. Las grandes obras no se entienden a la primera. Así son las publicaciones de El Peatón. Hay que leerlas, releerlas, regresar unos días después y volverlas a leer. ¡Gloria al autor! En algún momento -espero que pronto- será reconocido su talento.

Juan Carlos Medrano dijo...

Gracias por compartirme esto, querido primo; me haces muy feliz con tus porras y muy valiente con tus comparaciones. / Nunca, creo, he sido bueno con la entrega franca y sin vericuetos hacia mi lenguaje; sobre todo cuando escribo. Será que prefiero la vereda en vez de volcarme en planicies. / Gracias por el tiempo para leerme y comentar por estos lares desiertos. / Te mando un abrazo bien fuerte y sentido.

¡Salud!