lunes, 16 de febrero de 2009

Ciencia Mística para Incrédulos de Bolsillo

> Un hidden track.



uno:

felicidad.
(Del lat. felicĭtas, -ātis).

f. Estado del ánimo que se complace en la p o s e s i ó n de un bien.
RAE


dos:

Dudamos que el cielo sea eterno; dudamos que exista, siquiera. Vamos derrapando inseguros y algo cansados; vamos, quiero decir, por los caminos más latentes de nuestro presente y pasado. Vemos poco hacia delante, esperamos, quizá, que Cioran se equivoque en una de sus tantas epístolas tremendistas. ¿Vale más entonces la vida del forward?, o es, en una de esas, más cremoso regodearse en las trincheras felices y lodosas de los huertos que sembramos antes.

Dudamos también que hayamos sembrado huertos; dudamos, además, de la tierra. Casi sin espacio respiramos de los otros y casi de los otros tomamos una parte y la metemos en la oreja por la fuerza. Allí mismo decidimos si la música nos gusta o la tiramos. Allí en la oreja izquierda retumba el drum and bass de los pastiches de amor, del qué se yo, de (por ejemplo) los valientes anónimos que integran la suerte del h o y o nos la demandan después con intereses. Y allí en la derecha se muestra receloso el otro yo; el que dicta a timbrazos el momento emotivo que emana de los poros de la gente que por las mañanas come ciruelas y en las noches…

(

Duda.
Llora siempre que aparece
-sobre la negritud gigante- una luna disconforme.
Mengua.
Rompe en un silencio abarrotado de hormigas rojas.
Sangra.
Pide a flor de piel que le alineen cada paisaje
-estropeado por el paisaje-.
Mira.
Hace gelatinas de fotos con niños que sonríen.
Muerde.
Y en el acto se establecen la luz, el uniforme, la vanguardia.

luz contenida en las piedras
rotos uniformes de verano
ardua innovación en pareceres


)

¿Por qué será entonces que nos endilgan las batallas que jamás perdimos?; podría empezar a verse el cosmos de otras formas si nunca repasáramos las tropas que han caído. ¿Por qué, de nueva cuenta, no le pedimos al misterio que se forme en fila de una puta vez y se deje de cinismos?; habría seguramente largas colas en todas las habitaciones del mundo. ¿Cómo es que el humo se convierte luego en ceniza?, ¿quién diseñó los moldes de las artes amatorias?, ¿qué mano impura bautizó al amor como rasgo innato y al odio como genoma?

Piense como piense y doquiera que vaya, me remitiré en el parasiempre (del que no se duda) que enuncian los que habitan otros tiempos y alimentan otras mañas: “donde se mira se encuentra y allá donde se encuentra, se es feliz”.


tres:




cuatro:



until next friday!
;-)

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