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Recurrí al Witchi Tai To porque la tarde me explicaba a través de su luz gastada y calurosa que era un instante perfecto para engendrar de nuevo el brillo profundo que a veces tienen mis ojos si de mirar los suyos se trata. Así que miré la tarde sin mirar sus ojos y supe, abrillantado entonces, que no hay peor destino que el que jamás se construye ni azares tormentosos que arañen el alma para siempre. Luego sorbí el café que empañó mis pestañas dejándome sereno y claro...
Pasado el café de las seis, me hice vigía de los bosques: algo bueno deja la absurda contemplación arbórea.
Play / dream!
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lunes, 9 de enero de 2012
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3 comentario(s):
Qué chingón que estés TAN vivo.
Abrazo para vos, y abrazo para el amor, el amor a voluntad y el que nace de tí gracias a otra persona.
¡Salud!
Cé
Hermoso!
¡Gracias caminantas!
Salud, salud, salud siempre :-)
Qué bonito es caminar con ustedes.
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