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Sucede que he vivido un par cosas. Pasa como con el mar: se me amontonan las olas en las orillas del tiempo. Lo primero, el cambio de eje; una inesperada solución a mis ataques de nervios. Lo segundo, el amor; inquebrantable doquiera que me mueva. Un par de cosas: un cambio de eje, un amor. Y ya está.
El entretejido ha sido, por demás, interesante. Las fallas en mi sistema nervioso comenzaron a dar fe de vida (tres,) cuatro meses atrás. Entonces notaba con infantil asombro ciertos y extraños espasmos en mis dedos: mucho café y tabaco, dirían los doctos; “se te va la vida” fue la teoría por la que se inclinó la familia. Se te va la vida y tú ni con los ojos en buen estado para verla pasar.
Se me va la vida… sin embargo, yo he preferido ser docto al respecto. Me ilustré brevemente: el café recalentado en un horno de microondas altera, de forma sustancial, la actividad del Gran Simpático, ¡mira si no son irónicos los hijos de puta que otorgan nomenclaturas!
Mucho café y tabaco, podría ser; sí. A favor. El detalle es la abstinencia: no he bebido, no he fumado, no he escrito ni una línea en dos meses. Mi solución es el hartazgo, podría ser. A favor, sí.
Aunque el tedio me va a causar problemas; y es que los ciclos no deberían ser tan cortos: (con excepción de los últimos, y afamados ya, dos meses) tomo café, bebo café, ingiero, ingiero, ingiero más, me corto. Me limpio con agua, bebo y bebo, libo, digamos libo, se acaba la sed; me pongo hambriento, me tumbo al sol, me quemo, me rostizo, me seco, me seco; sonrojo a mi piel con rayos catódicos mientras finjo que escribo; tomo una ducha, rehidrato los poros, canto en el baño, juego con el patito amarillo, me resbalo, me duele, me sobo, me sano, me visto; tomo las curvas con cuidado; tomo más café, litros ingiero, más ingiero; me corto / me aburro, definitivamente me aburro, ergo, se me va la vida; sí, podría ser. A favor. Se me va la vida. ¡Se te va la vida, muchacho, y tú sin usar los ojos para verla pasar!
(FUERTE BOFETADA)
Cambio de eje. ¡Lo tengo!; encontré, por razón de Eurípides, la génesis encarnada del mal: yo mismo. Eso me pasa (pensé), el trágico-griego lo supo desde un principio y nunca me dijo el secreto: “El hombre que ama en exceso pierde su valía” (¡Eurípides, hijo de la gran puta!, y yo parado en el pedestal de los orgullosos, con mi vida resuelta y VTP’s lunamieleros, ¡VTP a la mierda, poeta cobarde!).
“… pierde su valía” / “… pierde su valía” / “… pierde su valía”, fueron los ecos que escuchó este peatón adormecido y triste. ¡"Pobrecito de mí", cantaron los pamplonicas cuando acabó San Fermín!
Cambio de eje, repetí cansado. Cambio de eje, Juan Carlos. CAMBIO DE EJE. ¡Toma las riendas, tú conduces, vales tanto mi muchacho! (No / Demasiado Cohelo, pensé, mucho Deepak Chopra, mucho Jodorowsky -traidor, cineasta maldito, ¿dónde te quedó el espíritu de Fando y Lis?-; muchos aeropuertos, muchos desayunos a solas en el Sanborns, muy poca prisa; qué desastre).
First of all, tu imagen; me vas cambiando esa imagen de gordo tirando a viejo. Dos, sonríe, coño, si el camino te muestra los dientes, tú responderás de igual manera. Tres, vacaciones de ti mismo; nada de autocomplacencias, ya estás grandecito ("éste es el último texto autocomplaciente", me mentí por complacerme). Y cuatro, como nueva adicción, ni un paso atrás; todo es sucesión espacio-temporal, Cortázar te enseñó a subir escaleras; no olvides lo aprendido.
Oquei, supuse, suena fácil, divertido, puedo hacerlo. Y salí a la calle, mirando los lugares otrora inadvertidos, retando siempre al poeta aquél, en búsqueda de la pérdida total de mi valía.
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viernes, 2 de septiembre de 2011
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3 comentario(s):
Te conocí con las vestiduras a punto de ser razgadas. Ayuadaré (si lo permites, Peatón) a ponerte las nuevas, sólo no olvides: tus vestiduras siempre serán (única e invaluablemente) TUYAS. Por más amor y compañía que haya en tu vida.
¡Gracias Yani, quemadora de naves! / Claro que permito tu ayuda en el nuevo vestir existencial. Faltaba más. Sí, lo último es drástico, aunque lleves razón. Supongo que peque de superfluo. ¡Beso!
¡Gracias por leer y por estar y por ser!
* pequé / quise decir. Siempre me equivoco en el pecado. ;-)
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