lunes, 12 de septiembre de 2011

Los continentes vencidos

<



Play & read!


Struggle for pleasure by Wim Mertens on Grooveshark


Miro una garza herida pero desvío la mirada; no me atañe a mí la sangre que a tibios borbotones emerge de una zanca blanca o el débil graznido que susurra su alma.

Cuán cantidad de mejores razones me otorga el árbol aquél para que algo escriba sobre su fronda, su fruto, su altura, su “rojo que te quiero rojo” ante el verde anestesiado de tanto follaje incaduco.

Qué necedad la del viento que arremolina frente a mi ventana las alas de los insectos que aprendieron a volar en la prehistoria; qué empeño el de éstos mismos en dibujar con su vuelo líquidas líneas policromas que aparentan ser círculos erráticos de lámparas con filtros de celofán.

Qué lúcido instante me regala el cerro al postrarse eterno y silencioso ante mis ojos que, incautos, mimetizan su pupila con la del ocre y barro que de su tierra emergen.

A dónde voy, si todo lo que miro no se mueve; yo lo muevo. Yo entiendo de mover espacios. A dónde voy si lo que añoro está tan cerca y nunca lo visito. Miro una garza herida pero desvío la mirada; me sucede todo el tiempo.

Cómo llegó esa zancuda solitaria a la azotea del vecino si su parvada descansa de la migración praderas atrás, sobre mi Sierra Madre; ¿o es que no son migratorias estas aves?, ¿o esta Sierra Madre ya no es mía?; ¿o no es en ajenas azoteas sino en mi pletórico jardín donde cansada la garza agoniza a cuestas con su pena?

Quién movió las señales de vuelo: ¿el gavilán será el que con hambre y destreza mutó al Sur por el Norte?; o el potrero, tal vez, harto de daños a terceros, ¿inclinó los avisos que indicaban el camino corto a la evolución para que nadie los viera?; o las vacas aburridas que odian a las garzas pese a la simbiosis buena que años atrás pactaron; o el niño inquieto, hijo egoísta del cabrero que perdió a su rebaño; ¿el niño, tan dueño de sus pastos, tan arribista?

Quién pudo mover las señales si sólo nos queda el recuerdo de haber nacido sin ropa; nosotros, seres humanos prudentes, sin ropa, sin propiedades, sin turbas emancipadas contra los malos gobiernos, sin malos gobiernos, sin siquiera gobiernos, sin anuncios de metal impuestos donde sólo crece el heno, sin derecho a estorbarnos, sin armazones ni amazonas.

Quién arruinó nuestros vencidos continentes si antes todo era Gondwana y ligereza. Bien es cierto que pudimos transitar descalzos todos los caminos y regresar al hogar a nado franco, batiendo el mar con nuestras manos limpias; cuándo, entonces, empezaron a hacernos falta las aletas, los visores, las antenas, los motores, las venas en las ciudades, las monedas, los aviones, las banderas, los alambres de púas, el gas pimienta, los robóticos soldados y otros instrumentos de diseño homologado. Qué tipo de dios idealizado, poderoso, barbado o lampiño, pudo más que millones de acuáticas bacterias mutantes.

///

Tierra virgen es un óleo de Angels González

>

4 comentario(s):

Yanitsa Buendía de Llaca dijo...

Increíble ritmo, puntuación, contenido. Me encantó!

Juan Carlos Medrano dijo...

Viniendo esto de la correctora de estilo, ¡me encantó! :-) / Gracias por leer, caminanta linda.

Gustavo Gener dijo...

Esta es la tercera vez que vengo específicamente a esta 'liga' para leer "Los Continentes Vencidos". Es mi texto favorito de tu blog. Un abrazo, estimado Peatón, se extrañan mucho sus cátedras de redacción y estilo.
P.d.: El enlace de Grooveshark que traía esa maravillosa canción se ha roto.

Juan Carlos Medrano dijo...

Dn. Señor Gener: qué gusto tenerle de visita por estas páginas. Vuelva cuando guste. Sí, esta entrada me parece también de lo mejorcito que he podido ofrecer, humildemente digo yo ;-) ¡Gracias por leer y comentar! Es bueno saberte caminante de estas abandonadas avenidas.

PS. Ou, ya me di cuenta y arreglaré ese asunto con la canción de Wim Mertens.