jueves, 7 de julio de 2011

Los triunfadores de esta temporada

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¿Eres feliz?; ¡qué bajo has caído!
Alfredo Bryce Echenique

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Soy feliz cuando mi universo, paralelamente a mi torpe existencia de cangrejo, me devuelve cómplices pellizcos de ternura engalanada: mis amigos, mi familia, la mujer que me emociona. Soy feliz por asombrarme. Radiante de saberme vivo. Eufórico en notas mayores. Feliz por inquietarme y por llorar, soy feliz, por dolor soy feliz, por pena y angustia: feliz.

Feliz cuando Pet me abraza fuerte y sincera pese a nuestros distintos ideales de proxemia. Feliz cuando Borbolla, preocupado, me advierte de baches en el camino. Feliz cuando a mi madre se le pasan los mareos. Feliz cuando Bebe me grita en el teléfono: ¡Cómo vistes a ese torerazo, tú, puta Furcio!. Cuando Feices me manda un abrazo en Facebook, o me explica detalladamente su método artesanal para preparar sangrías; feliz, borracho. Cuando Bombón me pregunta en qué región se ubica Santillana del Mar; feliz, orgulloso. Cuando Barril me llama desde Barcelona ordenando que inmediatamente me conecte a Skype, o canta a mi lado una romántica de Serrano aunque a nadie le guste tanto como a nosotros; feliz, obediente. Cuando el capitán Smith me muestra los secretos técnicos de su nueva obra pictórica y me deja hacer dibujitos con sus lápices de acuarela, o me increpa: jalas o te pandeas, chavo; feliz, satisfecho. Feliz por ver la bella madre en la que se ha convertido la Puchunga, pese a la infelicidad que le provoca el cabrón del padre de sus hijas; triste, feliz, agridulce; feliz porque la veo marcharse avante, linda orgullosa. Feliz por Chame y sus recovecos de bondad eternos hacia mi persona, feliz por su búsqueda incesante en el amor y la dicha. Feliz porque Glow ha encontrado en la fotografía un método inefable de expresión que la catapulta a otros ecosistemas; feliz, complacido. Feliz cuando Buly me grita: no me cuelgues, voy al baño, no cuelgues; ¡pinche Félix, quítate!; feliz, intrigado si además una noche me prepara un té de cariño y buena esperanza; feliz, adormecido. Si a la Compadra le descentralizan el Instituto Superior de Música y ella, aún a costa de mis paranoias, sonríe y pregunta: ¿me invitas a tus fiestas de galletas?; feliz, hambriento de vidas así. Feliz porque el Marxista llora conmigo en un terreno baldío mientras me abraza diciendo: ¡saldrás adelante, carnivale; te quiero, rata inmunda!; feliz, entusiasmado por seguir equivocándome. Feliz las noches que el Chileno me regaña por mis malos gustos musicales mientras me ofrece una copa de vino y me muestra, desde otros ojos, las bondades de Eleanora Fagan Gough. Feliz por Angeloka y su obstinado afán en ser buena estudiante sin tener que demostrarle nada a nadie; feliz, paternal. Feliz cuando la Cuñis me invita los Nespressos y yo no voy al Puerto de Veracruz por temor a los calores; feliz, cafeinómano, asombrado por su capacidad de adaptación. Por todas las rodajas de papas gratinadas que sé que la Negra muere por prepararme; feliz, convidado a los festines, feliz por su atención. Feliz por las palabras de aliento que, discreta, me suelta Let en las mañanas: ¡buenos días, cuñado!, ¿crudito?; feliz, crudito; y a los quince minutos llega a casa con manjares exquisitos, propiamente pensados para eliminar los aguardientes de la sangre, feliz, harto en sobriedad y gracias. Feliz cada noche que Santiago Bernabeu me obliga a escuchar Madredeus en cinco coma uno canales, mientras afirma: ¡son una chingonería estos pendejos!; feliz, sordo. Feliz cuando miro la forma en que María de Jesús vacía su amor hacia Ana Luisa; feliz, enternecido. Si Niño me pregunta por un video de Cibo Matto que una noche vio por equivocación, encantándola, en vez de pedirme que le baje el nuevo de Alejandro Sanz, feliz; victorioso. Si Bruja, con su sonrisota y ojos claros me llama graciosillo, o casi a gritos me persigue mientras clama: ¡ratilla apestosa, ven para acá, buzón de mis amores!; feliz, todo un tío. Todo un tío cuando Totopo me explica con detenimiento la fórmula idónea para lograr un peinado perfecto; feliz, aprendiz. Si Pabels entra en escena llorando a mares infestados de cocodrilos y en fá cambia su cara (que me recuerda tanto a mi padre) al mostrarle un tráiler de juguete, feliz, mago. Feliz si el Contador me habla derecho y se funde en un abrazo así de fácil, luego de tanto tiempo; feliz, amigable. Feliz, emocionado, porque Pino sigue vivo, así de llano, de simple, de risueño pese a la espalda y el mundo que se le vienen encima cada mañana; feliz, entristecido. Feliz porque la Comandanta, que se empeña en sacarle el limón a la limonada para tragárselo solo, sigue obstinada de cuando en vez, en decirme: te quiero mucho, hermano; feliz, filial, dulcificado con lo ácido. Si Toboso busca el tiempo perdido en caminatas nocturnas a las que nunca asistiré; místicamente feliz, pacificado. Feliz si Candymax, a quince años de la tormenta, escucha de nuevo a Dolores O’Riordan, como si de pronto el tiempo y el sueño se detuviesen; feliz, cósmico frijol regresivo y feliz. Si el Pelón le hace una foto a un auto con el nombre inusual de su hija bonita; feliz, hermanado. Si De la Molina no pierde las ilusiones de una épica reunión en el Golfo de Cortés; feliz >>> ilusionado de modos semejantes con el Judío, por seguir cantando a la distancia las pegadoras de Meat Loaf, aunque ahora suenen más afrancesadas; feliz y cantarino. Feliz porque papá y Cosmorfia están en buenas manos; papá en las del mar y el viento (más allá de donde entiendo), Cosmorfia en las del verano (al final de este viaje, sonriendo); feliz, sanando siempre, mojando mi pan en sus vidas.

Al fin y al cabo: feliz. Ha habido muchos triunfadores esta temporada, y apenas empiezan las fiestas.

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12 comentario(s):

jaime carmona dijo...

hermano, gracias...

jaime carmona dijo...

Hermano, muchas gracias...

Anónimo dijo...

Chingada madre... voy por los limones!!!

Te quiero un chingo pues, hermano!

Feliz, felices!!!

(Dame un abrazo!)

yor-yo dijo...

jeje, cuando te dije baches en el camino tu, mi hermano bendiciones por tu feliciadad, yo no ando ten feliz como tu, pero en fin, nevertheles dijera el tio karl pd.buen dia a todos

Yanitsa Buendía de Llaca dijo...

Eeeeehhh!!! Sé feliz!!!

came dijo...

Con un nudo en la garganta....
te abrazo.

Angélica Cristiani dijo...

te amo hombre feliz.

Glow dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Glow dijo...

oh! que sorpresa encontrarme entre la felicidiversidad que lo arropa.: tengo una sonrisa.: espero que seas feliz siempre Peatón y sigas transmitiendo lo mismo a todos los que estamos cerca y lejos!

Juan Carlos Medrano dijo...

¡Caminantes!
;-)

Anónimo dijo...

Joder macho. Siempre has sido feliz, con todo lo que ello implica.. Abrazos. Y los brindis? Esos a cualquier hora. Friscos.

Enrique dijo...

Genial Barril hermano! Feliz de leerte y de ser parte, hay que subirle el volumen al Serrano aunque no les guste (no saben nada!) y echarse muchas varias a la de ya!