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Charla con Octavio García Mundo, académico de la Facultad de Historia de la UV, sobre el conflicto en Medio Oriente
Es indiscutible el malestar y las ganas de cambio de las clases populares en los Estados de Medio Oriente, así como la deslegitimación de sus regímenes; motivos hay más que de sobra para ello.
La puesta en marcha de una política neoliberal sin miramientos durante los últimos veinte años, ha precarizado absolutamente las condiciones de vida de las clases trabajadoras, incluyendo a la clase media.
En paralelo, la represión y la pérdida de libertades se convirtieron en la única forma de relación de los diversos Estados de la zona con sus ciudadanos, por no hablar de los altísimos niveles de corrupción. Todo ello puede explicar el éxito y la amplitud de las movilizaciones populares que se desarrollan al día de hoy.
Pero, ¿no estaremos asistiendo también a una precipitación interesada de los procesos populares en marcha para conducirlos hacia donde les interesa a los de siempre?
Bajo este entendido, y preocupado por mantenerme en contexto sobre la realidad que a mi alrededor acontece, me di a la tarea de charlar sobre el conflicto en los países árabes con un connotado historiador de la Universidad Veracruzana.
Todo lo descubierto, me hizo replantear las probabilidades de cambio que realmente existen, particularmente, al interior del pueblo libio. ¿Cómo esta tierra sin memoria de lucha, sin objetivos delimitados estratégicamente en función de política exterior, puede unificarse a favor del bien ciudadano?
¿Por qué un pueblo se levanta en contra de un régimen?, ¿por libertades democráticas?, ¿por hambre, desempleo y salarios bajos en un país inmensamente rico?
Lo que pasa es que no hay un cambio democrático en los países árabes porque no hay esa experiencia de lucha por la democracia, incluso en todos los países africanos tenemos muy pocos que son los que consiguen, con las armas, luchar por su independencia; la mayor parte de los países imperialistas o las metrópolis, les ceden las independencias para no gastar tanto en ejércitos. Sin embargo, hay una cadena que ata a estas naciones con sus dominadores anteriores. Entonces, muy pocos países (Angola, quizá, que todavía no resuelve sus problemas) han luchado por conseguir su independencia en serio.
Lo mismo pasa, en situación tal vez más precaria, en los países árabes que estamos viendo que no han tenido las experiencias reales, exceptuando a Argelia, aunque vimos en qué acabó esa gente que quería cambiar la situación: se separaron del Islam y quisieron modernizarse persiguiendo a Occidente. Lo que plantean los islamitas es: hay que modernizarse pero de acuerdo al Islam, una modernización no individualista sino comunitaria.
Así está la cosa; entonces, estas dictaduras se establecen apoyadas por el extranjero manteniendo en el poder a los gobiernos poderosos de Occidente y provocando que se llenen de dinero, creando así una política vertical y dictatorial. Ante esto, surge la pobreza, la mala equitación de bienes, todo lo que también nosotros estamos viviendo.
¿Se necesita la más amplia unidad de acción con todos los sectores para terminar contra un régimen?
Más o menos es necesaria la unidad de acción; en el camino nos vamos encontrando que tú estás descontento por diferentes circunstancias y que luchas por algo similar que va totalmente en contra de ese régimen absolutista de lo peor. Esto no quiere decir que si hay campesinos o hay obreros, hay esa unidad. Todo es construcción humana.
Pero es una rebelión hechiza, desorganizada o no. Es decir, ¿sí persigue intereses muy particulares en beneficio de los pueblos árabes?
Sí, desde luego, pero hay que entender que los que se rebelan fundamentalmente, además de las clases medias, son los jóvenes que, como aquí, o peor aún, no tienen oportunidad ni de estudiar ni de trabajar. Y porque además son los que existen. Clase obrera y campesina casi no hay en estos países.
Sin embargo, y a pesar de esto, ¿cómo es posible que simultáneamente surjan movimientos populares tan bien coordinados en diversos países árabes en los que, según se sabe, no existen organizaciones políticas o sociales de oposición tan fuertes?
Yo pienso que es por la UMA (Unión del Magreb Árabe): “somos árabes”; es como acá en las independencias de América Latina, todas se dan casi en cadena porque había esa unidad con el colonialismo español que nos tenía más o menos unidos; cuando acabó esa época, cada país de América jala por su lado: comerciamos con Estados Unidos pero no con Guatemala o Costa Rica, ni se diga con Cuba, etcétera. Estamos totalmente divididos.
Con los árabes, sin embargo, yo creo que todavía existe esa unidad: “somos islámicos, la misma religión, hablamos el mismo idioma” y eso hace que se rieguen como pólvora cada una de las luchas de justicia y democracia en el Oriente.
¿Se debe ser antiimperialista y anticapitalista para tomar medidas de verdadera transición para que los procesos revolucionarios avancen?
Quizá estos cambios no tienen mucha proyección. Estos países no van a cambiar radicalmente porque están nada más en contra del dictador, pero al dictador quién lo sostiene: Estados Unidos, Inglaterra, Francia; así que si no se corta ese cordón con los países imperialistas va a seguir la misma situación; otra vez va a haber, como dice Alfredo Jalife, “una dictadura militar oculta” como lo que pasó en Egipto una vez depuesto el gobierno de Mubarak.
Claro, en este caso fue más inteligente el comportamiento del ejército egipcio que se puso del lado del pueblo, pero: ¿para qué?, ¿realmente para cambiar?, es muy difícil, porque 1,300 millones de dólares (menos que a Israel) es el apoyo que Estados Unidos le da a Egipto por venderse con ellos cuando hizo el Tratado de Paz con Israel.
Entonces, los militares son el poder en Egipto y hay que cambiar al ejército en Egipto para realmente cambiar la situación; es decir, ¿debe de ser Egipto sirviente de Estados Unidos y de Israel o convertirse en aliado de sus países hermanos?, pero si decide lo último ya no va a tener 1,300 millones al año. Es para pensarse ¿no?
¿Explicaría esto por qué los líderes de opinión, gobiernos y organizaciones internacionales condenan tan tajantemente lo que pasa en Libia, cuando no lo hicieron ni en Túnez ni en Egipto, ni lo hacen en Yemen, Argelia, Marruecos, Jordania, Barhein o Palestina?, ¿por qué el temor a Libia?
Muamar Qadafi, en sus locuras, es la otredad, lo diferente para el occidental, entonces es peor, ellos piensan: “tiene que ser igual que yo; si Qadafi se está cambiando de bando porque lo traicionan entonces cuidado; hay que apoyar a los revolucionarios en su contra”. Pero no es sólo por la democracia, porque todos esos países árabes donde la mujer es un cero a la izquierda, países antidemocráticos y dictatoriales, son excelentes amigos de Estados Unidos y por eso los apoya, pone bases militares y exporta tecnología de punta para facilitar la extracción de petróleo.
Aquí la cuestión para Occidente es que quieren dividir a Libia, como lo hicieron con Sudán, que también es un problema muy grave porque el petróleo del sur de ese país ya es independiente al del Sudán del norte. Están haciendo la balcanización como siempre hacen en los países que dominan, subyugan, explotan.
Entonces, ¿cuáles son los escenarios de desenlace de esta situación revolucionaria en Medio Oriente? O bien, ¿estamos ante el inicio de un proceso de rebelión y no de su desenlace?
Mira: historia es memoria, y hay que actuar en nuestro presente; ya en el futuro me estoy despidiendo (risas). Hablo sobre mi edad ¿no? Pero también en historia es así: sobre el futuro, no hay mucha posibilidad de hablar.
El futuro lo estamos haciendo en el presente, el futuro no cae del cielo, el futuro se construye aquí, en el presente. Entonces, lo que tenemos que ver (y que hemos estado diciendo acá) es qué futuro se están construyendo estos países con esas luchas por la democracia y por la justicia, por la libertad de expresión, por el derecho de las mujeres y todas estas cuestiones.
¿Está realmente toda la sociedad egipcia, o toda la sociedad libia, en Yemen, en todos estos países, conscientes que eso es lo que hay que buscar?
Esperemos que sí, que se vaya educando el pueblo en la lucha. Porque es muy bonito hablar sobre la lucha y que “por qué no hicieron esto o lo otro”, la cosa es “en los trancazos” cómo se va educando la gente y va pensando mejor, o peor también, o se queda pasmada.
Entonces en ese sentido los deseos serían que esta gente fuera concientizándose de la situación en su país, de la situación a nivel mundial, de por qué son una parte sumamente estratégica en el mundo.
El petróleo…
El 50 ó 60 por ciento del comercio pasa por el Océano Índico y por el Canal de Suez, entonces Estados Unidos está posicionado muy bien en todas esas partes: en Somalia, en Yemen, en Eritrea, en las Islas Diego García, por Madagascar, etcétera; porque su enemigo fundamental es China, ¡y mira todo el petróleo que lleva!
Entonces controlando esos pasos, los estrechos de Irak, el Mar Rojo, el Canal de Suez y el Cuerno de África, puede acabar con China; pone sus barcos (que los tiene ya), y cuando quiera, no deja pasar el petróleo que va hacia China o todo lo que produce China hacia África y América.
No sé, hay muchos intereses allá; claro que vemos que Estados Unidos ya se está debilitando. Es potencia militar indiscutible, ¿pero potencia económica? ya es el país más endeudado del mundo y todo esto que se dice, que quién sabe, ya está dejando de ser una potencia económica primera; quizá en menos de diez años China la rebase.
Y “afortunadamente” ahora Japón con el temblor ya no es enemigo para Estados Unidos. Y aunque nos parezca grotesco eso es lo que ellos ven, por eso permitieron el aumento de petróleo, porque Japón (esto fue en el 73 más o menos: el shock del petróleo) importa el 99% del crudo, por eso tiene tantas centrales nucleares, porque no tiene ni una gota de petróleo y sin él, no es posible la industrialización; no se hubiera dado este capitalismo tan rápido y tan mundial. Así que el “oro negro” es básico para esto y lo será el gas cuando ya no haya más yacimientos de petróleo.
Entonces es muy difícil ver el porvenir. Deseamos que realmente estos pueblos se concienticen en la lucha y cada vez vayan exigiendo mayor democracia, no sólo al interior de sus países sino entre las relaciones con las potencias.
Fotos: AP
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viernes, 25 de marzo de 2011
jueves, 24 de marzo de 2011
Oro laminado de 18 K.
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¡Kitschy time! - Click on Play
No crea usted que demoro en pensarme los títulos beatnik que uso en estas andanzas peatonales. Desde esta mampara atiborrada en ripios textuales, vivo despreocupado de que el mundo, en fa, se enfríe sigilosamente y nos deje colgados ad aeternum de un malnacido hoyo negro de los que abundan y acechan al planeta en el History Channel. O dicho de otro modo: ¡no somos nada! (tal y como falsamente los hipsters lloriquean luego de cualquier canción de José Alfredo).
No somos nada. Aunque mi mano izquierda torpemente insista que sí, que algo debemos ser (paisanos, no se me ofendan): no somos nada.
Entradita recién la noche bochornosa de Xalapa, paseábame con hambre de tabaco en calles sin banquetas. Iba yo, supongamos, cabizbajo (no por tristuras o poses, no por “algo” la gente camina precavida), llevaba mis manos en los bolsillos del pantalón que utilizo los jueves. Quise mirarme los zapatos para ver si andaban faltos de jabón de calabaza y noté, con disimulado enfado, que transito gordo por el globo terráqueo, imaginemos mejor: gordito (redondo y feliz).
Así que pensé (porque para eso llena la gente las plazas, para pensar) que no me vendrían mal unas dos que tres ensaladitas por semana y algo de bici fija, y dejar el auto más lejos del trabajo, y recorrer despacio largas distancias y zambullirme en albercas cristalinas para ensanchar espalda y piernas con mis glúteos. Pensé.
Deme usté unos Marlboro, de favor / ¿Ya a descansar, jovenazo? / Ya / … / … / (en la tele del tendejón de ultramarinos sonaba estúpida – luego de la huelga aquella del Sindicato Único de la Gente que Dobla Voces en el Duopolio Televisivo de México – la nueva voz de Homero Simpson quejándose con cierta amargura de Ayudante de Santa y su poca paciencia para pasearse por los parques sin hacer pipí) / Aquí tiene, jovenazo / (Me dices "jovenazo" por gordo, ¿verdad, cabrón?) Sale, gracias "don" / ¡Ándele; buenas noches, jovenazo!
Entonces ya no ocupaba el 2% de mi cerebro amaestrado para desarrollar otras tácticas metrosexuales, no señor; era, luego de abrir mis cigarritos, un gordo poco sano y muy feliz con mi persona. Satisfecho el gordito. Saciado de humo que intoxica. Gordito vicioso y con ganas de 5 tacos gigantes de chicharrón en salsa verde y un pilón ("con copia, seño") de, vamos a ver, cochinita pibil. Así sería el gordo que come su cochinita.
Reí en silencio y, camina que te camina, llegué a casa donde ya me esperaba paciente un vaso amarillo bien cargado en leche fría que in questo preciso momento degusto emocionado con galletas de nuez acomodadas finamente en un plato de cerámica marroquí apto para tagines.
Sólo como apunte: Oro laminado de 18 K. fue un letrero que llamó mi atención provocando que me dieran ganas de teclear un rato sobre títulos hermosos que yo me conozco bien. Será otro día; acá mis ojos llegó con empanadas de queso con su rajita de chile jalapeño y una delgada rama de epazote. ¿Títulos beatnik?, ¡me aburro!
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¡Kitschy time! - Click on Play
No crea usted que demoro en pensarme los títulos beatnik que uso en estas andanzas peatonales. Desde esta mampara atiborrada en ripios textuales, vivo despreocupado de que el mundo, en fa, se enfríe sigilosamente y nos deje colgados ad aeternum de un malnacido hoyo negro de los que abundan y acechan al planeta en el History Channel. O dicho de otro modo: ¡no somos nada! (tal y como falsamente los hipsters lloriquean luego de cualquier canción de José Alfredo).
No somos nada. Aunque mi mano izquierda torpemente insista que sí, que algo debemos ser (paisanos, no se me ofendan): no somos nada.
Entradita recién la noche bochornosa de Xalapa, paseábame con hambre de tabaco en calles sin banquetas. Iba yo, supongamos, cabizbajo (no por tristuras o poses, no por “algo” la gente camina precavida), llevaba mis manos en los bolsillos del pantalón que utilizo los jueves. Quise mirarme los zapatos para ver si andaban faltos de jabón de calabaza y noté, con disimulado enfado, que transito gordo por el globo terráqueo, imaginemos mejor: gordito (redondo y feliz).
Así que pensé (porque para eso llena la gente las plazas, para pensar) que no me vendrían mal unas dos que tres ensaladitas por semana y algo de bici fija, y dejar el auto más lejos del trabajo, y recorrer despacio largas distancias y zambullirme en albercas cristalinas para ensanchar espalda y piernas con mis glúteos. Pensé.
Deme usté unos Marlboro, de favor / ¿Ya a descansar, jovenazo? / Ya / … / … / (en la tele del tendejón de ultramarinos sonaba estúpida – luego de la huelga aquella del Sindicato Único de la Gente que Dobla Voces en el Duopolio Televisivo de México – la nueva voz de Homero Simpson quejándose con cierta amargura de Ayudante de Santa y su poca paciencia para pasearse por los parques sin hacer pipí) / Aquí tiene, jovenazo / (Me dices "jovenazo" por gordo, ¿verdad, cabrón?) Sale, gracias "don" / ¡Ándele; buenas noches, jovenazo!
Entonces ya no ocupaba el 2% de mi cerebro amaestrado para desarrollar otras tácticas metrosexuales, no señor; era, luego de abrir mis cigarritos, un gordo poco sano y muy feliz con mi persona. Satisfecho el gordito. Saciado de humo que intoxica. Gordito vicioso y con ganas de 5 tacos gigantes de chicharrón en salsa verde y un pilón ("con copia, seño") de, vamos a ver, cochinita pibil. Así sería el gordo que come su cochinita.
Reí en silencio y, camina que te camina, llegué a casa donde ya me esperaba paciente un vaso amarillo bien cargado en leche fría que in questo preciso momento degusto emocionado con galletas de nuez acomodadas finamente en un plato de cerámica marroquí apto para tagines.
Sólo como apunte: Oro laminado de 18 K. fue un letrero que llamó mi atención provocando que me dieran ganas de teclear un rato sobre títulos hermosos que yo me conozco bien. Será otro día; acá mis ojos llegó con empanadas de queso con su rajita de chile jalapeño y una delgada rama de epazote. ¿Títulos beatnik?, ¡me aburro!
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miércoles, 2 de marzo de 2011
Caprichitos del agua
< Para Pony, sus sandwiches de mostaza y la onda
A Frank le interesa estimular ambos hemisferios de su cerebro estrecho. Piensa, al fin y al cabo, ser humano, que las matemáticas le asientan bien mientras cocina, así que dispuesto o mejor aún, presto, pone a calentar el agua de los fusilis y se apoltrona en el sillón de mimbre.
Se acerca un lápiz para practicar divisiones mientras llega el primer hervor y da tan duro con la hoja reciclada que (casi cual rito) rompe la punta de granito y con paciencia se dirige a un escritorio de donde toma un sacapuntas verde; lo mete bien al centro del Mirado firme y lo apalanca en su base; de allí, la magia: hacer viruta en espiral con la madera restante.
Luego desprende el excedente y salerosamente (mientras ríe disimulado) coloca los restos de pino en una cajita japonesa que una mañana de primavera temprana le regalara la chica aquella de tímidos mirares y soluciones sencillas, de la que Frankie, ¡cómo no!, se enamoraría más tarde; pero de eso, nos ocuparemos otra noche.
El amor no le duró lo suficiente al pobre, y antes de que el tenedor trincara al dente sobre la pasta acalorada, Frank dudó si la mitad de dos, más dos, era tres o sólo dos.
Cuando abrí la puerta y coloqué mecánicamente las llaves sobre el recuerdito aquel de Montreal, el sinvergüenza me gritó desde el sillón: ¡mitad de dos, más dos! / con coma o sin coma / ¡mitad de dos más dos! / ¡cambiaste la entonación, Frankie boy!; con coma todo cambia (enfaticé) / no te entiendo / con coma es… dos… ¡tres!, tres quise decir / dijiste “dos” primero / la segunda respuesta es la que cuenta, siempre, ley de vida / … mamón / ¡qué!; sin coma es dos: mitad de (dos + dos, cuatro) igual a dos, güey / mamón / con coma es tres; mitad de dos (uno) coma, más dos, tres; a güevo / ¡mocos! / qué groserito te has vuelto, cabrón / … / y qué jais, ¿ya estuvo la pasta secreta?, tengo un chingo de hambre / no hierve el puto agua y lleva un madrero ahí / ¡ay cabrón!, grosero pero bien hablado: “el puto agua” y no chingaderas / no hierve esa madre / ¿te cae?
En efecto: el agua, cansada del dilema numérico y las picardías, púsose en huelga de hervor. Ni un miserable borbotoncito que indicara jaleo y calor molecular. Nada.
Ah chingá (dije yo preocupado) / qué / está raro ¿no? / qué / el agua, güey, qué va a ser / te digo / … chale / … / ¿y si le hablamos a la jefa? / no mames, nos va a mentar la madre / por qué güey, si esta madre no hierve / y qué le decimos / pues eso / cómo eso / pues sí pendejo, que el agua no hierve / nos va a decir que prendamos la estufa / no sea mamón (zape) / ¡ora puto, me dolió! / ya, güey, ‘pérate, no mames, debe haber una explicación científica / … / bájate el tomo I de la Enciclopedia del Saber / ¡no mames, qué güeva, ve tú! / quién quería tragar espagueti / fusili, pendejo / pu’s eso, ‘ora, ya vas, deja checo otras madres aquí a ver si acaso / güevón / ¡Ya pinche Frank, no mames, de veras, cómo la haces de pedo! / ya voy, cabrón /… / puto humor.
“Cuando decimos que el agua hierve a 100 ºC, no está completa esta afirmación amiguitos, faltaría aclarar que esto es a nivel del mar o bien, como dicen los físicos, a condiciones normales de presión y temperatura”.
¡Puta madre!, a cuántos metros estamos aquí, güey / sepa la chingada / no, pu’s ya valimos madre / ¡súbele a la lumbre! / se va a quemar la pasta / sí cierto / te digo / sí / ya valimos madre, Frankie / ¿y ‘ora? / no sé; déjame pensar / … / … / … / … / … / … / … / … / Entonces qué plan / … / … / … / Buci / ¡Qué quieres, cabrón! / Qué hacemos, güey / No sé… comernos esta madre así / ¿cruda? / pues no ha de estar tan culera con la salsa / no hubo jitomates / no mames / sí cabrón; no se puso la ‘ñora de la esquina / ¡verga!
(Plum)
¿Viste eso güey? / qué / ¡una burbujita, güey! / ¿neto? / sí, cabrón, hizo así (y dibujó una fina pompa con sus manos para reventarla después en el aire al tiempo que decía:)¡plum!
(Plum, plum… blop)
¡No mames, qué pedo Frank! (alcé la voz con alegría) / ¡ya estuvo pinche Buci! / ¡a güevo! / estaba encabronada el agua, hermano / ¡‘orita vengo Frankie Boy, no me la descuides! / ¡dónde vas!, ¿y si esta madre se chinga? / ...
(Blop, blop, plum, blop, PLUM, plum, BLOP, plum: y sonreímos aliviados)
Tú tranquilo, voy en chinga por una cajita de salsa de jitomate al súper / ¡Ya hablaste, tigre!
Boiling: 28 Geothermal
Ilustración: Outkettle designs
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A Frank le interesa estimular ambos hemisferios de su cerebro estrecho. Piensa, al fin y al cabo, ser humano, que las matemáticas le asientan bien mientras cocina, así que dispuesto o mejor aún, presto, pone a calentar el agua de los fusilis y se apoltrona en el sillón de mimbre.
Se acerca un lápiz para practicar divisiones mientras llega el primer hervor y da tan duro con la hoja reciclada que (casi cual rito) rompe la punta de granito y con paciencia se dirige a un escritorio de donde toma un sacapuntas verde; lo mete bien al centro del Mirado firme y lo apalanca en su base; de allí, la magia: hacer viruta en espiral con la madera restante.
Luego desprende el excedente y salerosamente (mientras ríe disimulado) coloca los restos de pino en una cajita japonesa que una mañana de primavera temprana le regalara la chica aquella de tímidos mirares y soluciones sencillas, de la que Frankie, ¡cómo no!, se enamoraría más tarde; pero de eso, nos ocuparemos otra noche.
El amor no le duró lo suficiente al pobre, y antes de que el tenedor trincara al dente sobre la pasta acalorada, Frank dudó si la mitad de dos, más dos, era tres o sólo dos.
Cuando abrí la puerta y coloqué mecánicamente las llaves sobre el recuerdito aquel de Montreal, el sinvergüenza me gritó desde el sillón: ¡mitad de dos, más dos! / con coma o sin coma / ¡mitad de dos más dos! / ¡cambiaste la entonación, Frankie boy!; con coma todo cambia (enfaticé) / no te entiendo / con coma es… dos… ¡tres!, tres quise decir / dijiste “dos” primero / la segunda respuesta es la que cuenta, siempre, ley de vida / … mamón / ¡qué!; sin coma es dos: mitad de (dos + dos, cuatro) igual a dos, güey / mamón / con coma es tres; mitad de dos (uno) coma, más dos, tres; a güevo / ¡mocos! / qué groserito te has vuelto, cabrón / … / y qué jais, ¿ya estuvo la pasta secreta?, tengo un chingo de hambre / no hierve el puto agua y lleva un madrero ahí / ¡ay cabrón!, grosero pero bien hablado: “el puto agua” y no chingaderas / no hierve esa madre / ¿te cae?
En efecto: el agua, cansada del dilema numérico y las picardías, púsose en huelga de hervor. Ni un miserable borbotoncito que indicara jaleo y calor molecular. Nada.
Ah chingá (dije yo preocupado) / qué / está raro ¿no? / qué / el agua, güey, qué va a ser / te digo / … chale / … / ¿y si le hablamos a la jefa? / no mames, nos va a mentar la madre / por qué güey, si esta madre no hierve / y qué le decimos / pues eso / cómo eso / pues sí pendejo, que el agua no hierve / nos va a decir que prendamos la estufa / no sea mamón (zape) / ¡ora puto, me dolió! / ya, güey, ‘pérate, no mames, debe haber una explicación científica / … / bájate el tomo I de la Enciclopedia del Saber / ¡no mames, qué güeva, ve tú! / quién quería tragar espagueti / fusili, pendejo / pu’s eso, ‘ora, ya vas, deja checo otras madres aquí a ver si acaso / güevón / ¡Ya pinche Frank, no mames, de veras, cómo la haces de pedo! / ya voy, cabrón /… / puto humor.
“Cuando decimos que el agua hierve a 100 ºC, no está completa esta afirmación amiguitos, faltaría aclarar que esto es a nivel del mar o bien, como dicen los físicos, a condiciones normales de presión y temperatura”.
¡Puta madre!, a cuántos metros estamos aquí, güey / sepa la chingada / no, pu’s ya valimos madre / ¡súbele a la lumbre! / se va a quemar la pasta / sí cierto / te digo / sí / ya valimos madre, Frankie / ¿y ‘ora? / no sé; déjame pensar / … / … / … / … / … / … / … / … / Entonces qué plan / … / … / … / Buci / ¡Qué quieres, cabrón! / Qué hacemos, güey / No sé… comernos esta madre así / ¿cruda? / pues no ha de estar tan culera con la salsa / no hubo jitomates / no mames / sí cabrón; no se puso la ‘ñora de la esquina / ¡verga!
(Plum)
¿Viste eso güey? / qué / ¡una burbujita, güey! / ¿neto? / sí, cabrón, hizo así (y dibujó una fina pompa con sus manos para reventarla después en el aire al tiempo que decía:)¡plum!
(Plum, plum… blop)
¡No mames, qué pedo Frank! (alcé la voz con alegría) / ¡ya estuvo pinche Buci! / ¡a güevo! / estaba encabronada el agua, hermano / ¡‘orita vengo Frankie Boy, no me la descuides! / ¡dónde vas!, ¿y si esta madre se chinga? / ...
(Blop, blop, plum, blop, PLUM, plum, BLOP, plum: y sonreímos aliviados)
Tú tranquilo, voy en chinga por una cajita de salsa de jitomate al súper / ¡Ya hablaste, tigre!
Boiling: 28 Geothermal
Ilustración: Outkettle designs
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