lunes, 5 de abril de 2010

Bordados oro, azul y lumbre

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Un jardín no es un lugar.

Por un sendero de arena rojiza
entramos en una gota de agua,
bebemos en su centro verdes claridades,
por la espiral de las horas
ascendemos
hasta la punta del día
descendemos
hasta la consumación de su brasa.

Fluye el jardín en la noche,
río de rumores.

Fragmento del Cuento de dos jardines
Octavio Paz, 1967

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Quiero primaveras nocturnas. Soles del verano inagotable. Quiero que me empujen, de frente, hacia mares verdes de eucalipto. Lo bello y ya. Lo banal, las flores. Lo demás: el siempre sí a tus colores, bondades, razones. Quiero, y de poderse, lo permanente sin pensar en los futuros; la tangente que devuelva tus miradas, Madre Tierra, hacia mis frutos. Quiero allí consolidarme, dar amor y, por derecho, reinventarme o, qué sé yo, ser árbol viejo u oruga, carne para lobos, nieve, sepultura. Quiero, Pacha Mama, cánticos antiguos de niños que persigan mariposas bla/

...

Y es que simples rumorcillos de tus vientos bastan,
toda la sonoridad de este diáfano rocío me basta,
el cielo morado me basta,
sobra y hasta el mundo envuelto basta.
Vasta.
En los bordados oro, azul y lumbre de los nuevos husos, ¡vasta!



Esto, osita, que te espera en casa, es la primavera en gotas.
;-)



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5 comentario(s):

ursula dijo...

¡la belleza y ya!

Yo te adoro para siempre!!

Muchas gracias vido, ya quiero estar contigo entre las flores corazón hermoso.

Te amo!!

Juan Carlos Medrano dijo...

La belleza como partidaria de nosotros + flores mojadas + noches incansables de insectos y besos.

¡Sí! / ti amo!

PAto dijo...

Insectos?????, besos????? convinación un poco crocante, peluda y biscoza, jeeee.
Besos, se les quiere, muchooo.
Así quedamos.

PAto dijo...
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Juan Carlos Medrano dijo...

¡Jej!
Tenés razón...
No lo había pensado, aunque... Podría tratarse de besos salvajes.