< o De cambios climáticos II
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1.
Llevo en mis ojos la hinchazón del monte: grillos que
despiertan en la madrugada; halcones en picada franca tras el roedor; soles y
lunas que arañan por encima de los bancos de cantera; almas aradas con dinero
del patrón; rocío congelando los lomos de hombres, caballos, parcelas, desiertos;
socavones sin hueco, sin aire ni alacranes.
2.
Hallé, bajo la ínfula del despiste, una instantánea de
Magritte sin bombines, ni paraguas, ni homínidos en traje obscuro. Digamos
entonces: una estampa escondida en los cajones siniestros del olvido con
ciertas remembranzas del arte en los discos de Pink Floyd. Y detrás de esa ventana me encontré feliz por casualidad, con esa luz de cinco de la tarde: como se debe ser feliz (momentáneo, redondo, perfecto).
3.
Diariamente me doy a la búsqueda del mar anclado en tierra;
mojo mi sombra en la savia precavida de los cactus y me adentro en las claras de
este universo renovado que me envuelve. Busco el verde y la humedad de mis
pasos infantiles, muerdo el polvo que levantan mis escarpines. Tomo y protesto,
clavo banderas: ¡esta flor es mi flor, y éste de acá, mi espanto! Se cierran
las fronteras.
4.
Quizá he pecado de frío e insensible y por eso ahora me
atormentan los monstruos de carne y garras con sus dientes en sonrisa directa
del no-entendimiento / Quizá merezco el peor destino por haber gozado tantas
frutas mágicas en la infancia sin haber tenido las vergüenzas divinas del
destierro, mientras esta gente (inquieta de escalones) nacía entre la tierra infértil,
entre estertores de la no-opulencia, entre mentiras de cartón y de sangre / Por
ello me falta el odio de los comunes y hoy obedezco / pero odio y obedezco / y
odio y obedezco sin aparentes razones ni poderes ni mandatos /
llevo el estigma de ser afortunado siempre /
Quiero entonces (debo-quiero-debo-tengo que-debo-podría
hacerlo-debo) revisar las inquietudes de la gente, ponerle menos sal al mal
tiempo y sanar sus heridas más profundas / Seguro que para eso vine, y sin eso
quiero irme.
5.
Qué manía por perder los pies del pavimento:
ni Dumbo pudo
hacerlo,
ni ET sin bicicleta.
6.
Conocí un lugar de paz donde el Dalai Lama jugó a sentirse
libre.
7.
De nuevo la estrategia, el europeísmo, la tarde a secas que
aquí se desmorona cargada de títulos nobiliarios... y yo con mis ojos
irritados: con mi "hinchazón del monte". Menudo miope.
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Todas las fotos entre noviembre y diciembre de 2012
Los aires rodean Guanajuato y Querétaro
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